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La protesta y baile de sonideros, por ser retirados de la Alameda de Santa María la Ribera, terminó sin que la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, cambiará su decisión de moverlos, pero si con la petición de renuncia de dos funcionarios, pues hubo empujones entre los manifestantes y personal de la demarcación.
Tras la gresca registrada la mañana del domingo afuera de su domicilio, cuando trabajadores quitaron a los sonideros, la edil le exigió la renuncia a su director general de Gobierno, Salvador Santiago, y al director de Imagen, Ariel Gama.
En un video difundido en sus redes sociales, aclaró que no se retracta de su decisión de retirar a los manifestantes de la Alameda de Santa María la Ribera; sin embargo, dijo, todos los funcionarios tienen la obligación de respetar a los vecinos.
“No me retracto de haber retirado a los sonideros, pero el día de hoy estoy obligada a tomar otra decisión y la decisión es exigir la renuncia de mi director general de Gobierno, quien comandó e instruyó el operativo; y de mi director de Imagen Urbana, ambos serán retirados de su cargo porque no voy a permitir que esta situación regrese. No somos la 4T, no soy Claudia Sheinbaum, respondo por mi equipo de trabajo y respondo por lo que ocurre en la alcaldía Cuauhtémoc; estas dos personas se van”, expuso.
Recalcó que la provocación de los sonideros no justifica el actuar de sus colaboradores, por lo que reprobó y condenó estas agresiones que quedaron grabadas y viralizadas en redes.
Desde la mañana, Cuevas aseguró que ya había tomado una decisión y que los sonideros no regresarán a la Alameda de Santa María la Ribera, a pesar de que se manifiesten todos los días frente a su casa.
Ayer, un grupo de músicos llegó a las afueras del domicilio de la edil para protestar que les impida tocar en la Alameda.
Cuevas aseguró desde su departamento que los sonideros no regresarán a este lugar emblemático, debido a las quejas vecinales por el ruido, y porque se detectó la venta de bebidas alcohólicas y drogas.
Dijo que se les habían dado opciones para seguir con sus actividades en otro sitio, pero no aceptaron la oferta.
Mientras la alcaldesa pronunciaba estas palabras dentro de su domicilio, afuera los manifestantes comenzaron a gritar que querían bailar y que “bailar no es un delito”.
Joel, uno de los sonideros que organizó la manifestación, precisó que realizan actividades culturales desde hace 12 años en Santa María la Ribera, y negó que vendan bebidas alcohólicas o que se roben la luz.
Debido a esta movilización, la alcaldesa solicitó medidas cautelares y de protección urgente para su familia y vivienda, mismas que fueron aceptadas por un juez, por lo que afuera de su casa se encontraban patrullas resguardando. Más tarde, tras la movilización, Cuevas afirmó que el grupo de vecinos cuenta con el respaldo de la jefa de Gobierno local, Claudia Sheinbaum.
Antes, el secretario de Gobierno, Martí Batres, aseguró que la administración local no avala la realización de protestas frente a domicilios de funcionarios o particulares y llamó a no realizarlas.
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