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La reapertura gradual de gimnasios y actividades deportivas al aire libre ha atraído a más personas que buscan modificar sus hábitos; sin embargo, la incertidumbre continúa para muchos pequeños empresarios dedicados a este negocio, como es el caso del equipo de Team Bunker, ubicado en el Deportivo Cherokees, en la colonia CTM Culhuacán, alcaldía Coyoacán.
Julio César García Arriaga, dueño del gimnasio y enfermero de profesión, cuenta que él y su equipo tuvieron que hacer innumerables cosas para llevar el sustento económico a sus hogares ante el cierre de negocios.
Desde la venta de hamburguesas hasta dar clases en línea, capacitarse con respecto al Covid-19 para orientar las actividades al interior, así como repensar qué podía beneficiarlos para expandir su marca.
Sentado frente a su computadora, Julio César detalla a EL UNIVERSAL que la emergencia sanitaria originó estos cambios en la operatividad de su establecimiento, así como apegarse a las medidas preventivas, como la ocupación, hasta implementar protocolos como el cambio de cubrebocas cada determinado tiempo al exterior del lugar, para continuar con su rutina.
También han logrado adelantar procesos para expandir su marca.
La reapertura, dice, ha sido complicada, pues continúan con la incertidumbre al no saber qué es lo que viene para la capital frente a la pandemia. Sin embargo, los clientes han sido sensatos y continúan buscando los espacios para acudir al gimnasio, asegura, ya que sus días fuertes son de martes a jueves.
“Para el segundo o tercer mes [de confinamiento] empezamos a hacer clases en línea. A mí lo que me impresionó era la inconsciencia de muchas personas que les preocupaba más acudir a hacer ejercicio, cuando no dependía de nosotros, estamos en una pandemia”, comenta con el rostro semicubierto por la mascarilla.
Julio César asegura que tienen muchas responsabilidades, pues los procesos de seguridad sanitaria que aplican para los clientes son muy rigurosos, y a nadie se les permite ni un segundo retirarse el cubrebocas mientras utiliza el equipo.
Si el cliente es precepto a sudoraciones grandes, se le solicita que acuda a la zona al aire libre para que haga un retiro de la mascarilla, la coloque en un cesto de basura único para cubrebocas y se coloque uno nuevo.
“Soy licenciado en enfermería, y soy muy estricto en las normas, debes usar cubrebocas, pasas aquí y tomamos temperatura, aplicamos las medidas que nos señalan las autoridades, que a mí se me hacen insuficientes. Mantenemos únicamente un tiempo en el que puedan permanecer en el gimnasio, tienen que agendar su cita. Marcamos aparatos para que nadie los utilice.
“El tema es que tienes que estar como niñera detrás de los usuarios, porque hay a unos que no les interesa. Termina el día de trabajo y afuera [salida] tenemos que barrer muchos cubrebocas”, enfatiza el encargado del lugar.
Julio César afirma que la operación de los gimnasios no volverá a ser la de antes y esperan que las personas se comprometan para que bajen los contagios, pues un nuevo encierro sería perjudicial.