Lejos de extinguirse, los chelerías en Tepito son parte de los negocios que tienen mayor presencia entre los puestos, y se destacan por las luces multicolores y música a todo volumen que inunda los pasillos del tianguis de esa zona que, a diferencia del de la Lagunilla, se instala casi toda la semana, a excepción del martes.
Sobre la calle Matamoros, entre Jesús Carranza y Plaza Santana, en la zona límitrofe entre Tepito y la Lagunilla, en la alcaldía de Cuauhtémoc, EL UNIVERSAL contó durante un recorrido, al menos 20 puntos con venta de cerveza, azulitos, mojitos y otras bebidas preparadas a base de alcohol, cuyo aroma impregnaba los pasillos, junto con el olor a marihuana que emanaba de los puestos y las vecindades alrededor.
Micheladas Destrucción, Los enfermos, La Vieja Escuela Tepito, La Barracuda, El MZ y La Favorita, son algunos de los nombres que ostentan las chelerías, donde la presencia policiaca escaseaba este domingo entre los puestos, mientras que en el tianguis de la Lagunilla, era prácticamente nula.
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Por ello, la venta de bebidas alcohólicas en ambos lugares continuó este domingo, pese a las reformas a la Ley de Cultura Cívica, que entraron en vigor el pasado 4 de octubre, para sancionar con multas económicas y horas de arresto a quien instale chelerías en la vía pública.
En Tepito, la chelerías ocupan espacios de entre 6 metros y 20 metros de extensión, pues algunos abarcan lo de dos y hasta tres o más puestos; cuentan con DJ y música en vivo, y disponen de hasta 12 mesas con tres, cuatro o cinco sillas cada una, pero muchos de sus consumidores optan por estar de pie, para poder desplazarse y bailar libremente, mientras beben y fuman.
Las chelerías que sobrepasan los 18 metros de largo se asemejan a pequeños bares clandestinos, y en ellas llegan a aglutinarse alrededor de un centenar de personas, en su mayoría jóvenes de veinte años.
Las chelerías en el Barrio Bravo resaltan por su decoración. En la MZ, cuelgan réplicas de armas Ak 47 o cuernos de chivo.
Los precios de las bebidas son similares entre los puestos, donde las más recurridas son las ofertas de tres micheladas por 130 pesos y los azulitos o mojitos por 70 pesos.
Durante el recorrido dominical, solo se observaron dos policías que pasaron entre los puestos de la calle Jesús Carranza, donde tan solo en las esquinas con Matamoros, hay cinco chelerías que lucían abarrotadas por los jóvenes.
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A partir de la referida reforma a la Ley de Cultura Cívica, se ha establecido como infracción contra la seguridad ciudadana, la venta de bebidas alcohólicas en vía pública, a excepción de aquellos casos ubicados dentro de ferias, romerías o festividades, que cuenten con autorización de las instancias administrativas competentes.
Con esa modificación, la instalación de las llamadas chelerías puede ser sancionada con multas económicas de 21 a 30 Unidades de Medida y Actualización (UMA), es decir, de 2 mil 171 a 3 mil 257 pesos; arresto de 25 a 26 horas o trabajo comunitario de 12 a 18 horas.
El domingo pasado, durante un recorrido por la Lagunilla, observó la venta de bebidas alcohólicas en al menos 27 puestos de dicho tianguis.
Ayer, el panorama era el mismo y los puestos seguían. Decenas de consumidores de las chelerías continuaron consumiendo sus bebidas alcohólicas, sentados sobre el cesped del camellón oriente de Paseo de la Reforma, frente a las letras de Tepito.