Más Información
Debido a que las vialidades del primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México (CDMX), alcaldía Cuauhtémoc, se encuentran ocupadas desde hace 17 días por maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), motociclistas y bicimotos conducen sobre las banquetas, poniendo en riesgo a turistas y transeúntes.
Al mediodía un motociclista aceleró sobre la calle de Madero, entre los comerciantes, casas de campaña, cuerdas atravesadas por el aire y los transeúntes que caminaban, por lo que un hombre que iba con sus hijos comenzó a discutir con él.
"¡Pásale!, mínimo bájate de tu moto. Hay niños", le reclamó César, mientras arrinconaba a sus hijos hacia la pared de un local.
Lee también Motocicletas, al borde de ser un problema de salud pública; especialistas alertan sobre su auge en CDMX
"Yo iba pasando con mis hijos porque vinimos a hacer unas compras aquí al Centro, y ahora resulta que ya no se puede caminar tranquilamente por aquí porque estos tipos se avientan con todo y su moto. Es un peligro, y luego son los primeros en quejarse de los accidentes", indicó.
Así como este motociclista, decenas de conductores transitan sobre las banquetas del perímetro A del Centro Histórico, el cual está bloqueado por casas de campaña, lazos, cartones y mesas donde los trabajadores de la CNTE pasan la noche, por lo que las aceras son el único lugar donde pueden circular.
Sin embargo, a lado de estas motos que pasan al menos a unos 10 kilómetros por hora (km/h), caminan niños, adultos mayores, mujeres y hasta personas en silla de ruedas o con discapacidad, los cuales tienen que detenerse al ver que los conductores no desaceleran.
Lee también Motos y scooters eléctricos, próximos blancos de extorsión
Aunque por tramos -donde no pueden pasar- caminan con sus vehículos, ya sean motocicletas, bicimotos o bicicletas, en cuanto pueden se suben y aceleran para sortear el tumulto de personas que se hace en República de Brasil, Monte de Piedad, Calle de la Palma o 16 de Septiembre, donde las personas, a pie, llegan a tardar hasta 10 minutos en cruzar de una calle a la otra, debido al plantón.
Es decir, en un mismo punto se llegan a encontrar comerciantes con sus mantas en el piso, personas y motociclistas; estos últimos no se detienen y únicamente bajan la velocidad para pasar por los obstáculos que se encuentran en el camino.
"Sofocada más que nada diría que me siento. Es como si vas caminando normal y de repente pasa una moto o alguien con un diablito y pues sí cansa estar pasando por aquí", indicó Natalia, transeúnte.
Además, sobre las banquetas hay decenas de motocicletas de comerciantes que acuden al Centro Joyero o a los distintos locales a surtirse de mercancía, quienes se toman su tiempo para amarrarse en la espalda o acomodar al frente o detrás de sus vehículos los productos.
dft
