“No, hombre, aquí nunca dejamos de trabajar y, que yo sepa, nadie se contagió de eso (Covid-19). El asunto está en las hierbas y la medicina tradicional. Eso de la vacuna sigue siendo muy sospechoso”, dice entre risas un vendedor de jengibre, amuletos y veladoras que, asegura, son el remedio perfecto contra el Covid.
El ambulante incrementa el tono de la voz al pasar junto a un puesto de vacunación que implementó el gobierno capitalino dentro del mercado La Merced y el de Sonora.
Desde este lunes, el gobierno capitalino desplegó unidades móviles para que las personas que aún no tienen desde su primera dosis hasta refuerzo lo tengan, por lo que irán a mercados, estaciones del Metro, explanadas de las demarcaciones y Centros de Salud.
Por el mercado de La Merced nunca pasó el Covid, o al menos eso cuentan los locatarios, que nunca dejaron de trabajar y ofertar productos diversos, desde remedios caseros contra el mortal virus, “nos dijeron que cerráramos y quién sabe qué tanta cosa, pero no, sólo regalamos gel, usamos cubrebocas y listo, aquí no pasó nada”, dice doña Jacinta, locataria, quien acomoda diversos accesorios para bodas, eventos de los que depende y que, dijo, durante la pandemia sí bajaron.
En los pasillos destacaban empleados de salud que, a diferencia del año pasado, aplicaban vacunas anti-Covid gratis y prácticamente sin documentación alguna. Sin embargo, para los capitalinos pareciera que ese capítulo ya quedó atrás, pues nadie hacía caso a las vacunas y todos se concentraban en esquivar el tránsito humano y en escoger las mejores verduras, pescados o carnes para la comida, pues luego se llevan lo mejor en minutos y dejan solo las sobras, dicen. A las 10 de la mañana el mercado estaba abarrotado.
“Lo del Covid ya está controlado. Todos mis amigos, mi familia y los que conozco ya tienen la vacuna; de todos es bueno que sigan poniendo los refuerzos y eso, nunca está de más, pero creo que ya a la gente se le olvidó. Ve los estadios de fut, llenos; ya hay conciertos y, como siempre, ya hay un chingo de gente en las plazas, en el Centro, en el Metro, en el transporte público; ve aquí, no son ni las 10 y ya hay un montón de gente en el mercado, ¿cuál Covid?”, cuestiona doña Margarita, quien dice ni siquiera en pandemia pudo disfrutar la ciudad.
Conforme fueron transcurriendo los minutos los enfermeros se terminaron de instalar y los locatarios y marchantes se enteraron de que en ese lugar ponían gratis el refuerzo contra el virus, poco a poco se fueron formando. Llamó la atención que el proceso era inmediato, no pedían documentos de gran importancia para el biológico: quien la quería solo tenía que esperar su turno y en cuestión de minutos ya estaba fuera, pues tampoco había necesidad de esperar la reacción.
“La idea es que toda la gente a la que le haga falta una segunda dosis o necesite un refuerzo se pueda vacunar aquí o en cualquiera de los Centros de Salud o en los lugares tradicionales que ya conocen; incluso, los que por alguna razón no se hayan puesto la vacuna lo pueden hacer; no hay mucha gente en esas condiciones, por eso no hay fila, solo unos cuantos que quieren refuerzo. Solo pedimos el INE o una identificación como mero requisito porque la instrucción que tenemos es que todos se vacunen”, comentó una enfermera.
De a poco los curiosos preguntaban de qué se trataba el módulo instalado dentro del mercado de La Merced, y una vez que saciaron su curiosidad y al percatarse que tardaban unos cuantos minutos en proceso se animaron.
“Es sólo un refuerzo, la verdad es que ni a mí ni a mi familia nos dio. Sí respetamos la cuarentena y todo eso, usamos cubrebocas todo el tiempo, pero no nos llegó el virus, pero de todas maneras más vale”, comentó Remigio, conocido verdulero del lugar.