“Llegamos a ver cómo se intentaban escapar en varias ocasiones, en su mayoría chicos. Uno sabe cómo son esos lugares. A los que van entrando los suelen tratar muy mal porque los tienen que dominar, por decirlo de alguna forma”, dijo Emilio, vecino de la colonia Ocotla Chico, en la alcaldía Tlalpan, donde se encuentra la Clínica para la Rehabilitación de las Adicciones Hombres Preparados y Mujeres Preparadas A.C., donde este 24 de febrero se registró un incendio que dejó como saldo cinco personas fallecidas.
“Los llegué a ver corriendo por la calle en algunas ocasiones y sus padrinos los iban correteando por la avenida, hasta que los agarraban. También supimos de un intento de fuga hace unos meses, de cuatro o cinco personas”, relató otra vecina.
Durante un recorrido realizado por EL UNIVERSAL, los vecinos negaron haber tenido contacto con los internos del centro, simplemente con los llamados padrinos y personal del lugar, quienes ocasionalmente acudían a recauderías y verdulerías cercanas, mismas que les donaban comida.
“Los padrinos eran los que nos pedían el apoyo para darles comida que ya no se iba a vender, y algunos chicos que tenían más esa confianza de que no se iban a escapar venían por ella, pero nunca llegué a hablar con ellos. Pero sí vi que la mayoría eran jóvenes y uno que otro ya mayor”, explicó un locatario.
Otra habitante, quien prefirió mantener el anonimato, comentó que en el momento del incendio, las personas a cargo del anexo no abrieron las puertas a los internos cuando había comenzado el fuego. “Yo les grité que abrieran la puerta, pero me decían que no podían, que estaba muy caliente el portón. Después, uno me dijo, ya más enojado, yo creo por mi insistencia, que si no abre, que se los lleve su p... madre”, narró la vecina.
La clínica solamente cuenta con la vigilancia de dos elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). La entrada se encuentra acordonada por cintas de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil y de la fiscalía capitalina, mismas que indican que el lugar se encuentra cerrado a causa del delito de “homicidio”.
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Afuera todavía se ven restos de algunos muebles a medio calcinar o completamente quemados, además de artículos personales en un pequeño terreno ubicado al frente del inmueble, donde, según los vecinos, los internos del centro solían salir a realizar algunas actividades físicas de vez en cuando.