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“Le debo mucho a la Virgencita, siempre me ayuda y toca devolverle un poco”, dijo Ivette Tapia Campos, quien regala nieves de limón a los peregrinos que van llegando a la Basílica de Guadalupe, en la alcaldía Gustavo A Madero.
Aunque el resto del año la mujer de 65 años de edad se gana la vida vendiendo nieves, Ivette ha regalado por 35 años este tipo de helados a los peregrinos que festejan a la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre.
Formados en una larga fila a las afueras de la Basílica de Guadalupe, los peregrinos son atendidos por doña Ivette, su hija y su nieta, quienes juntas reparten nieves “para agradecerle a la Virgen porque siempre nos saca adelante”.
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Este 12 de diciembre miles de peregrinos se congregarán en la Basílica de Guadalupe para festejar la aparición de la Virgen María de Guadalupe a Juan Diego en el Cerro de Tepeyac, por lo que muchos acuden a pie días antes.
Campos está convencida de que “aunque a veces estamos en problemas o nos la vemos difícil, siempre nos saca adelante. Tenemos trabajo, salud y le pido que proteja a mis hijos, nietos y a los que vienen”.
“Vayan agarrando de una, por favor”, dice la nieta de doña Ivette mientras ayuda a su abuelita a darse abasto con los peregrinos que acuden para refrescarse del calor que azota a la Calzada de Guadalupe.
aov/cr
