Más Información

Sheinbaum: Freno a aranceles es un logro de todos los mexicanos; no puede resultar afectado el pueblo por gobiernos extranjeros, dice

Más de 350 mil personas asisten a la asamblea de Sheinbaum en el Zócalo; evento transcurre sin incidentes, reporta el gobierno de la CDMX

Estos son los 5 puntos que propone Sheinbaum para fortalecer la economía; seguirá aumentando el salario mínimo

“Es un alivio de corto plazo”, dice Trump sobre suspensión de aranceles a México y Canadá; “podrían aumentar en el futuro”
“Las mujeres tenemos miedo de salir a las calles…sabiendo que allá afuera hay mujeres que todos los días son asesinadas” asegura la Maestra en género Gabriela Piedra, por lo que cada 8 de marzo se escucha en la capital y sus alrededores a miles de mujeres clamar justicia con el deseo de ser escuchadas.
Como símbolo de protesta pacífica utilizan consignas construidas con realidades que aún siguen en la impunidad, cánticos colectivos, como un símbolo poderoso de activismo feminista para llevar la atención a casos de feminicidio como el de Rosie, una mujer de 23 años que trabajó como policía de tránsito y, según sus padres, su mayor sueño era adquirir un terreno, pero se vio truncado el día 3 de octubre de 2022 día en que, presuntamente, su compañero de trabajo la desvivió.
“Es utilizar esa herramienta poderosa en colectiva para llamar la atención y llevar esa curiosidad hacia el avistamiento de casos donde se ha cometido una injusticia” indica la la docente y académica Piedra.
El asesinato de la joven policía donde su ex pareja la llevo de “vacaciones” a Tijuana, lejos de sus padres, para desvivirla, es uno de los miles de casos de violencia que diariamente se denuncia en las fiscalías y que hasta la fecha, después de años de que familiares, amigos y colectivas feministas alzan la voz, no logran justicia. Sus padres, unos adultos mayores de 70 años perdieron la comunicación con Rosie desde ese día, pues lo siguiente que supieron es que habían encontrado el cuerpo de su hija. A tres años de que escucharon las últimas palabras de su hija, “los veo pronto, papitos”, cada 8 de marzo, se unen a la marcha pacífica junto con varios contingentes y gritan su nombre, cantan y exigen la justicia por su “niña”, como aún la llaman, que les fue arrebatada.

Estos sucesos son comunes en un país en donde el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, confirmó en el 2021 que 7 de cada 10 mujeres vive violencia, ya sea de orden física, sexual, psicológica o económica, narra la academia y feminista Gabriela.
Las voces que entonan con valentía miles de mujeres en las calles de México el 8 de marzo, para la académica son “mensajes claves que ayudan a sintetizar de manera muy específica las demandas de las mujeres” es decir, es una forma de expresar lo que están viviendo, de manera que se pueda comunicar asertivamente entre la población que, asegura, en ocasiones es omisa ante los distintos casos de violencia de género que se viven día con día.
Para Luz Banda, una joven estudiante que pertenece a la colectiva de futbol feminista “es una manera de protestar y proclamar el ser escuchada sus demandas hacía el gobierno” comenta. Por ende, estas consignas, según Andrea Valadez, son un mensaje social que adquiere mayor fuerza cuando las “colectivas se unen entre mujeres que comparten el mismo dolor y angustia por atender una problemática que afecta directamente a las mujeres.”
De igual forma, las consignas o los cánticos utilizados en las protestas, son formados, en su mayoría, por casos donde las mujeres se vieron violentadas en América Latina, un ejemplo de ello, es la consigna “Ni una menos, ni una más, ni una asesinada más, que, según la maestra Piedra, nace de un colectivo argentino feminista, en 2015, en donde estás mujeres salieron a las calles para garantizar una vida sin violencia para todas las niñas y las mujeres.
“La violencia hacia las mujeres no es solo un problema de las mujeres, toda la sociedad es participe”, expresa Piedra.

Eso mismo es lo que cada 8 de marzo se canta; llevando esa exigencia de justicia para convertirla en un canto de demanda.
“Señor, señora no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente” anunciando, en colectivo, en voz alta y tomando las calles como protesta pacífica, que no se debe pasar por alto los crecientes indices de violencia, “que no permiten un libre desarrollo como personas íntegras en una sociedad que es reinada por el patriarcado” sentencia la doctora en Comunicación de Género.
“Se sabe que en México los índices de violencia son mayores en el hogar, en formas más sutiles como la dependencia económica o la dependencia emocional” lo cual, aseguran las activistas, es preocupante, pues los hogares mexicanos se convierten en un nido de violencia, en donde datos de INMUJERES presume que de los 13.9 millones de mujeres de 12 años y más ocupadas en la actividad económica 11.2% son trabajadoras domésticas, lo que genera una actitud alarmante, porque si en el país la mayoría de las mujeres son amas de caso y asimismo, los hogares son la raíz de la violencia de género, entonces las mujeres están siendo constantemente violentadas por personas cercanas como padres, esposos, tíos, parejas, entre otros.

“El 8 de marzo surge como resultado de movimientos obreros en la busca del reconocimiento político de las mujeres, por eso la UNESCO reconoce este día, como “El día de la mujer” comenta la maestra Piedra, sugiere que hay una gran diferencia entre conmemorar o festejar el 8 de marzo, puesto que el primero hace alusión al reconocimiento de la constante lucha de las mujeres, mientras que el segundo sería festejar la violencia hacia las mujeres.
El 8 de marzo es un recordatorio en un país donde pese a que por primera vez una mujer se sienta en la silla presidencial, ellas aún tienen que protestar para obtener derechos, que deberían tenerse y no ser exigidos con consignas en las calles.