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Familiares de las personas que resultaron gravemente heridas tras la volcadura y explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, se mantienen a las afueras del Hospital Rubén Leñero, a la espera de información sobre el estado de salud de sus seres queridos.
Aquí están hospitalizadas ocho personas: seis hombres y dos mujeres. Aunque el pronóstico no cambia: se encuentran graves, con quemaduras de tercer grado y no hay muchas esperanzas de vida.
Una de las mujeres internadas es María Salud, de 35 años, quien se observa en videos descendiendo de un microbús y corriendo ante la explosión, a pesar de su esfuerzo, fue alcanzada por las llamas y actualmente se encuentra en coma.
“Ella está grave, no nos dan esperanzas. Tiene quemaduras de tercer grado en su espalda, sus piernas y todo su cuerpo”, comentó su hermana Elvia.
Erick Vicente, conductor del microbús que se observa en los videos, también está en el Rubén Leñero. Su familia lo describe como héroe, pues ya había descendido de la unidad, pero regresó por los pasajeros, fue ahí cuando fue alcanzado por las llamas.
Frente al hospital se instaló una carpa de la Secretaría del Bienestar donde se ofrece comida, también se ubica una unidad móvil del Ministerio Público para que los afectados puedan denunciar o recibir información.