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rebeca.jiemenez@eluniversal.com.mx
Naucalpan, Méx.— “Ya no creo en Los Reyes Magos”, afirmó Juanito, al tiempo que expresó una amplia sonrisa al ver un balón de futbol que llegó a sus manos, una de ellas prácticamente sólo un muñón, que quedó así luego de que el fuego envolvió su cuna cuando él era bebé, en su casa de láminas en la zona boscosa del Tejamanil.
Hoy con 14 años de vida, Juan Carlos Suárez Fabián, Juanito como lo llaman de cariño, iniciará un nuevo proceso de cultivo de piel para una de sus cirugías más importantes, que le permitirán recuperar su nariz y su rostro, explicó su padre Carlos Suárez.
Cuando Juanito era un bebé de cuatro meses, su cama quedó envuelta en llamas al caer sobre ella una vela, donde el fuego trasformó la vida del niño, quien sufrió quemaduras de tercer grado en su cabeza y mano derecha, siniestro en el que perdió su rostro y cinco de sus dedos.
En el Tejamanil, en la zona boscosa de Naucalpan, “no llegan Los Reyes Magos, por eso dejé de creer en ellos, la última vez que les escribí una carta tenía siete años, les pedí una bicicleta que nunca me trajeron”, afirmó Juanito. No obstante, al ver una pelota de futbol que llegó a sus manos, junto con una bolsa de canicas, una sonrisa apareció en su rostro y afirmó que volverá a escribir cartas a Los Reyes Magos, “para que me ayuden en mis cirugías, pues a veces cuando entro al quirófano el olor del lugar me hace sentir miedo”.
Los primeros seis años de la vida de Juanito prácticamente “vivimos en el hospital –Shriners- para niños quemados de Galveston, Texas”, con el apoyo de la Fundación Michou y Mau. A partir de los siete años es atendido en Shriners México , afirmó su padre, quien desde hace años se hace cargo él solo de sus dos hijos.