Horas después del sismo del 19 de septiembre de 2017, Mercedes Aguilar encontró en su departamento, ubicado en el edificio José María Arteaga en la Unidad Habitacional Tlatelolco, una grieta que abarcaba toda la pared de su cuarto.
Recuerda que estaban las varillas expuestas y el daño amenazaba con abrirse paso hacia la sala. También, dice, se descuadraron las puertas y se descarapelaron algunos puntos de su casa.
A ocho años de ese día, la grieta continúa y la joven, que vive en el quinto piso de Arteaga, uno de los seis edificios que este sábado la jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunció con daño estructural grave, teme que su casa se derrumbe.
“El hecho de que esté dañado no está tan seguro porque no sabes si en cualquier momento, en algún temblor, sea fuerte o pequeño, se caiga. Es como temor, al menos mío. Sí vives con miedo”, comenta mientras recorre con su dedo la cuarteadura que va desde la esquina superior derecha hasta la otra esquina, de lado a lado.
Cuenta que muchos de sus vecinos se fueron por miedo a que se cayeran sus viviendas; sin embargo, asegura que “a nosotros nos gusta mucho y decidimos quedarnos aquí, aunque en su momento nos espantamos”.
“Después del temblor vinieron de Protección Civil y nos dijeron que no era nada grave, estuvieron checando el edificio y dijeron que no había nada grave o de peligro, entonces pues aquí seguimos. Pero tampoco hay cómo saber las condiciones (...) yo no soy experta”.

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Para hacer frente a las afectaciones, dice, tanto su hermano como ella se han encargado de resanar las paredes, tanto la de la sala, que también se agrietó, como la de su cuarto; sin embargo, “siempre se vuelven a botar los pedazos de pared o se vuelve a agrietar”.
Aunque platica que no ha sentido que el edificio se mueva, sí escucha cómo cruje. “Cuando tiembla se escucha que truena. Antes pensábamos que había gatos hidráulicos, pero ya sé que no. Me dijeron que el edificio tiene casi la mitad de profundidad en el subsuelo, como que lo hicieron así para resistir, pero ya tiene muchos años y no sabemos cuánto más pueda aguantar”, menciona.
El sábado, Brugada Molina anunció la intervención estructural y rehabilitación de 90 edificios de la Unidad Habitacional Tlatelolco, de los cuales 27 presentan daños estructurales, seis de ellos graves: el Ignacio Ramírez; el José María Arteaga, donde vive Mercedes; ISSSTE 11, Chihuahua, Michoacán y Baja California. Esto a través de una inversión de entre 500 y mil millones de pesos.
Mercedes espera que esta vez sí se cumpla la promesa de rehabilitar el edificio, cosa que, dice, sería muy buena y le daría tranquilidad, pero “es algo que han dicho muchas veces (...) Tengo mis dudas, pero de verdad espero que esta sí sea la buena”.