Gabriela González Escalante se instaló en su departamento reconstruido, ubicado en la colonia Prado Coapa, en la alcaldía Tlalpan, en noviembre de 2022, tras años de dificultades luego de haber perdido no sólo su vivienda y pertenencias, sino también a su madre, a causa del sismo de 2017.
Luego del fallecimiento de su madre, quien era propietaria del departamento que quedó inhabitable, Gabriela no tenía forma de demostrar la posesión legal de su vivienda, lo que frenaba el proceso de reconstrucción, por lo que accedió a la oportunidad que le ofreció la Comisión de la Reconstrucción de expropiar su propiedad, para luego devolverlo a través de una donación, una notificación que aun espera de parte de un notario.
“Mi mamá, quien era la propietaria del departamento en copropiedad conmigo, fallece exactamente un mes después del sismo a raíz de golpes generados el día del terremoto, aunque dejó un testamento, no podíamos ejecutarlo por unas cláusulas que había en beneficio a mi hijo, que en ese momento era menor de edad. Entonces todo se empieza a enredar, estábamos frenando un poco el proceso de la reconstrucción, porque yo no podía demostrar la posesión legal del departamento”, contó.
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Desde el interior de su departamento reconstruido, en el que vive con sus tíos, un par de gatos y su perro Thor, Gabriela explicó a esta casa editorial que su familia fue tomada en cuenta para la reconstrucción “considerando un proceso que se llama redensificación, es decir, que nosotros cedimos parte de la propiedad para que se construyeran nuevos departamentos, los cuales están en venta y de ahí poder refinanciar a la misma comisión para que puedan seguir construyendo otros edificios. Originalmente, éramos 10 departamentos y dos locales comerciales, y se reconstruyeron 17 departamentos y tres locales comerciales, manteniendo nuestra posesión en el mismo lugar”.
Afirmó que durante los trabajos de rehabilitación de su edificio, por cada departamento, los vecinos desembolsaron alrededor de 180 o 200 mil pesos en conceptos que la constructora no tenía presupuestados y que eran necesarios para volver habitable el edificio, como las divisiones de los balcones, el elevador, o bombas para subir agua a los tinacos.