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Milpa Alta, Xochimilco, Cuajimalpa, Tláhuac y Magdalena Contreras, son las alcaldías con las tasas más altas de embarazos entre adolescentes de entre 15 y 19 años, una problemática “muy antigua” en la Ciudad de México, para la que se han tomado medidas, afirmó Concepción Cueto Reyes, directora de Acciones para Erradicar la Discriminación de la Secretaría de las Mujeres.
Si bien, la capital es la entidad con la menor cantidad de embarazos entre jóvenes de ese rango de edad, con 5 mil 945 casos en 2023 —el dato más reciente con el que se cuenta—, las autoridades “no sueltan” el tema. El objetivo no sólo es prevenir los embarazos adolescentes, sino también erradicar los embarazos en niñas de 14 años o menos, que aunque no es un fenómeno “tan frecuente” en la capital del país, sí se sigue viendo y es una manifestación de la violencia sexual que todavía está presente en la sociedad.
“No es tan frecuente, pero lo seguimos viendo, de inmediato sabemos de alguna (menor en esta situación) y todas nos alertamos porque no es frecuente”, indicó.
En la Ciudad de México, advirtió la funcionaria, “consideramos un delito cuando una niña de 14 años o menos está embarazada; podría haber muchas particularidades, pero en los casos de niñas de 14 años o menos es un delito”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, señaló que a la fecha sólo cinco alcaldías de la Ciudad han instalado un Grupo Municipal de Prevención del Embarazo en Adolescentes, que corresponden a las demarcaciones con las tasas más altas; en 2024 se sumaron Xochimilco y Tláhuac.
Cueto dijo que el objetivo no es crear estos grupos en las 16 alcaldías, sino establecerlos únicamente en aquellas que tienen los índices más altos, donde no hay un problema de embarazos a corta edad.
“Hay alcaldías donde consideramos que con lo que estamos haciendo es suficiente, porque no hay realmente un problema de embarazo en adolescentes”, precisó.
Cada año, indicó, la estrategia arranca a partir del 14 de febrero con el evento Amores sin Violencia, además de actividades lúdicas en escuelas y de campo en distintos puntos para llevar el mensaje, así como un trabajo coordinado.
Cuando se presenta un caso de este tipo, explicó, se busca dar una atención integral para resarcir los derechos de la niña; por ejemplo, si se trata de un caso de violación se atiende desde la parte jurídica para asegurarse de que haya denuncia, la parte médica para ver que la menor esté bien e, incluso, el DIF.
Una vez que se da algún caso se trabaja en dos “líneas” para garantizar los derechos de la menor: por un lado, los inmediatos, las necesidades que pueda tener en el momento y, en los casos que por alguna circunstancia la menor tiene al bebé, se le tratan de acercar servicios específicos.
