Al mediodía Xin Xin, la última panda gigante chilanga, salió de su dormitorio y caminó lentamente hacia el centro de su espacio, donde estaba su pastel de cumpleaños número 35 y, afuera de su exhibidor, miles de personas que fueron al Zoológico de Chapultepec a cantarle Las mañanitas.
“¡A la bio, a la bao, a la bim bom ba, Xin Xin, Xin Xin, ra ra ra!”, corearon niños y adultos mientras devoraba su pastel hecho de avena y manzana.
Mientras la panda disfrutaba de su pastel de tres pisos, con un “feliz cumpleaños”, acompañado de pandas, los asistentes grababan cada mordida de Xin Xin, quien por momentos mostraba cómo la manzana y la avena le ensuciaban sus bigotes y, por otros, daba la espalda a los asistentes, quienes se pegaban al vidrio para verla comer.
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“Está demasiado hermosa, cuando la ves de tan cerca es muy bonito, parece de peluche y es muy tierna. Creo que es un privilegio que tenemos de tenerla aquí y que la podamos ver aquí en el zoológico. Hay que valorarla”, aseguró Fernanda, una de las miles de personas que fue a festejar a la panda gigante.
La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) capitalina confirmó que a su fiesta de cumpleaños —aunque cumple el 1 de julio— asistieron más de 40 mil personas.
Dos horas antes de que la festejada comiera su pastel, al Zoológico de Chapultepec llegaron cientos de niñas y niños con peluches de panda en los brazos, así como carritos y carriolas de la misma especie. “Ya quiero ver a la pandita”, gritó un niño mientras sostenía un cartel que decía: “¡Felicidades, Xin Xin, te quiero mucho!”.

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En lugar de globos o serpentinas, en la entrada del Centro de Conservación Silvestre estaban colgadas seis lechugas, que darían inicio al festejo. “¿Se la van a dar a Xin Xin, mamá?", preguntaba una niña.
A las 11:10 horas un tambor retumbó entre los asistentes que habían esperado varios minutos para presenciar el espectáculo. Al escuchar el ruido, seis leones —manipulados por bailarines— despertaron desde el suelo y comenzaron a bailar hacia las lechugas.
“Es para que nos traiga buena suerte, cae desde el cielo y al bajarla representa la abundancia", explicó el coreógrafo.
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Entre aplausos y gritos de asombro de los infantes, los leones agarraron con su hocico las lechugas para luego dirigirse hacia el exhibidor de la panda.
Como última parada antes de ver a la peluda festejada, los leones brindaron un breve espectáculo en la entrada del exhibidor donde se encuentra Xin Xin: ahí bailaron y saltaron de una tarima a otra. “Wow, ¡otra vez!”, pedían los niños.
Enseguida, un león bajó su cabeza y tomó con el hocico un bambú, con el que levantó a pequeños pandas de peluche que estaban en canastas de madera, para luego mostrarlos a los espectadores, sin contemplar que varios niños querían quedarse con los pandas bebés.

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La titular de la Sedema, Julia Álvarez Icaza, junto a Shen Bin, primer secretario del Centro Cultural de China en México, partió el pastel y repartió a los invitados.
“Hoy es un día muy importante porque Xin Xin es un símbolo de hermandad entre China y México y los pandas desde hace un tiempo han sido eso, Xin Xin representa eso. Cumple 35 años, feliz cumpleaños a una de las pandas más longevas en el mundo y a la única panda no china en el mundo”.
“Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, a los muchachos bonitos te la cantamos aquí. A la bio, a la bao, a la bim bom ba, Xin Xin, Xin Xin, ra ra ra”, cantaron miles de personas a la panda gigante mexicana, quien comía su pastel de cumpleaños.