Toluca, Estado de México.– El 5 de febrero de 2015, tres hombres arrebataron la vida a Fátima Varinia, una niña de tan solo 12 años. Desde entonces, su madre, Lorena Gutiérrez Rangel, ha emprendido una lucha incansable por justicia, enfrentándose a los errores del Estado y del Poder Judicial que, lejos de brindarle respuestas, le han dado solo promesas rotas.
Frente al memorial de víctimas de feminicidio en la Plaza González Arratia de Toluca, Lorena conmemoró los 10 años de la muerte de su hija, acompañada de fotografías y frases que reflejan la incertidumbre y frustración de una madre que sigue esperando justicia en un sistema que le ha fallado.
“Estoy aquí porque son 10 años del feminicidio de Fátima. Mi niña tenía 12 años aquel 5 de febrero de 2015. Son 10 años de feminicidio, 10 años de violencia institucional, 10 años de simulación, 10 años en los que nos hicieron pensar que lograríamos algo”, expresó.
Lamentó que el proceso judicial ha estado marcado por constantes reveses. A pesar de que algunos de los agresores de Fátima fueron sentenciados en sus primeros años, la justicia se ha visto empañada por los vaivenes legales.
Uno de los principales responsables fue liberado en 2017 tras una reposición de juicio y, más recientemente, José Juan Hernández Tecruceño, otro de los implicados, interpuso un amparo en el Poder Judicial Federal, el cual le fue otorgado hace menos de tres meses, sin previo aviso a la familia.
"Nos avisaron los abogados que le otorgaron el amparo, pero ahora nos dijeron que es anticonstitucional las sentencias vitalicias. Es un revés tras otro revés, beneficios para los feminicidas, amparos que los favorecen”.
Lorena dejó claro que la lucha por justicia por el feminicidio de Fátima no cesará. “Este es el caso de Fátima. 10 años sin justicia”, concluyó.
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