Nezahualcóyotl, Méx.— En el Estado de México, la comunidad LGBTQ+ afirmó que enfrenta una escasez significativa de albergues y refugios especializados para personas en situación de vulnerabilidad, especialmente mujeres trans y mujeres diversas que sufren violencia, por lo que piden que haya más espacios.
Según el Observatorio de Crímenes de Odio de la Fundación Arcoíris, el Estado de México es la entidad más violenta del país para los integrantes de la diversidad sexual, pues en lo que va de 2025 se han registrado, al menos, cinco homicidios e innumerables agresiones.
Aunque existen algunos refugios organizados por asociaciones civiles y fundaciones, la intervención gubernamental ha sido mínima hasta hace poco, exponen activistas.
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El pasado 15 de noviembre de 2024, el gobierno estatal inauguró el primer refugio oficial para mujeres diversas en situación de violencia, un hecho histórico no solo para la entidad, sino para toda Latinoamérica, comentó Luisa Esmeralda Navarro Hernández, le diputade morenista —como así se autodenomina—, quien preside la Comisión para la Defensa de Derechos de las Poblaciones LGBTQ+ del Congreso mexiquense.
“Este refugio cuenta con 17 espacios individuales para mujeres de la diversidad sexual, principalmente mujeres transgénero, y representa un avance significativo en la protección y apoyo a esta población”, dijo la legisladora.
Destacó los 36 millones de pesos del presupuesto gubernamental que se asignaron este año para programas dirigidos a esa comunidad. “Además del refugio, en febrero de 2024 se inauguró la Clínica de la Diversidad Sexual en el municipio de Zumpango, otro paso importante para garantizar servicios de salud”, para este sector de la población, resaltó Navarro Hernández.
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En contraste, Jessica Denisha, presidenta de la organización Nenes Valientes, consideró que es urgente la creación de más albergues para personas LGBTQ+ que sufren agresiones físicas y ataques.
“Debería haber más albergues para miembros de la comunidad LGBTQ+, por las agresiones físicas y los ataques, claro que sí, porque todas las identidades, todos nuestros compañeros son víctimas de violencia.
“Debería de haber, pero con instancias y reglas pertinentes, para que también no se pierda la convivencia dentro de estas casas”, demandó la activista.
Jessica Denisha propone, además, realizar un censo para conocer cuántas personas habitan estos albergues y evaluar la factibilidad de abrir más. “Estoy en la postura de que se debe de generar un censo de cuántas personas lo habitan y si es factible, abrir otro.
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Agresiones constantes
Jessica Denisha, quien se identifica como mujer transgénero, ha vivido marcada por la discriminación y la violencia desde su adolescencia. Desde que tenía alrededor de 14 o 15 años, cuando estaba en la preparatoria, comenzó a enfrentar agresiones verbales e incluso físicas.
“Desde que yo era adolescente, por parte de uno de los directores del Bachilleres 7 de Iztapalapa donde me violentaba mis derechos, me gritaba verbalmente e inclusive llegamos a golpes con los compañeros de plantel”, recordó.
La violencia no sólo se limita al ámbito escolar o familiar, sino que continúa en otros espacios como el trabajo. Se desempeña como profesora de natación, donde ha enfrentado el rechazo y desconfianza de los padres de familia.
“Yo soy profesora de natación, trabajo con infantes y con adolescentes y el problema con los padres de familia es muy problemático, de que, ¡ay cómo te va a dar clases esa persona!”, expuso.
Antonio Cortés Aguilar, miembro del Observatorio de Crímenes de Odio de la Fundación Arcoíris, alertó sobre la cifra de crímenes que han ocurrido y que la incidencia no ha cesado en la entidad.
“Este año se han registrado más de cinco casos documentados, aunque se estima que hay más casos no reportados o que no se hacen públicos. En años anteriores, se contabilizaron más de diez crímenes, uno de ellos en Nezahualcóyotl, que aún está en investigación”, mencionó.
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Cortés Aguilar afirmó que es muy importante que se cree una fiscalía especializada para atender estos casos, ya que muchas personas de la diversidad sexual y de género no denuncian por falta de confianza en la justicia.
“Muchas personas no denunciamos porque no hay una creencia en la justicia y en las instituciones”.
El activista reconoció que es la primera vez que un gobierno estatal incluye en su presupuesto a la comunidad, y políticas públicas para la diversidad sexual y de género.
Además, destacó el trabajo de las áreas municipales de atención a la diversidad que han generado confianza para que las personas puedan presentar denuncias: “las áreas de atención a la diversidad sexual de los municipios llenan el acompañamiento, no el índice de las denuncias presentadas”.
La discriminación no cesa
Lucero León, cantante trans, lamentó que en pleno siglo XXI persista la discriminación contra las personas que tienen una preferencia sexual distinta a la mayoría de las personas.
“Las agresiones y discriminación persisten, de tal manera que si ya no hubiera, no se organizarían marchas para exigir el respeto y la garantía a nuestros derechos individuales y la segregación, la no discriminación”, expuso.
Afirmó que no buscan un trato especial, sino la unidad y el respeto. Lucero recordó que en su juventud, hace 40 años, la discriminación era mucho más severa.
“Ha sido de agresiones, de violencia, pero eso fue ya más joven, ahorita ya tengo 56 años y estoy en la plena madurez, eso fue de muy joven en la década de los 70 y 80 donde la discriminación en las calles eran terrible, de tal manera que ahora pues ya estoy viviendo una vida más tranquila,” explicó, aunque advirtió que las dificultades persisten en otros ámbitos como el laboral.
Por eso piensa que los refugios para los que sufren agresiones, maltrato y discriminación, deben ser una opción a su alcance. “Los albergues para la comunidad son necesarios, por supuesto, porque hay adolescentes que son echados de su casa por mostrar sus preferencias, su biología, y entonces pues hay quienes recurren al sexoservicio y de esta manera, pues caen las drogas, o sea es una una avalancha de malas decisiones”, consideró.
Lucero hizo un llamado a replicar los apoyos que se ofrecen en la capital del país. “Es necesario que se repliquen los apoyos, así como en la Ciudad de México, por ejemplo a adultos mayores, para que les den becas, para que tengan acceso al aspecto laboral”, indicó.
Alma Guadalupe, quien se define como bisexual, reconoce que el maltrato contra muchos de ellos no se ha terminado.
“Afortunadamente no todas las personas agreden de la misma manera, pues en mi caso yo nunca he sufrido una lesión física, pero sí conozco personas cercanas a mí, a mi círculo de amistades, que sí han sido rechazadas por sus familias y han sufrido mucho por esa razón”, narró la activista.
Consideró que la educación y el respeto hacia las personas que son diferentes en sus preferencias sexuales debe inculcarse desde la infancia: “Creo que hace falta todavía muchísima educación, creo que hace falta eso desde casa y desde la escuela, desde pequeñitos, preescolar tal vez, trabajar esa parte del respeto, de la tolerancia hacia todas las personas, porque a final de cuentas somos seres humanos, nos gusta quien nos guste, somos seres humanos”.
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La principal razón por la que no hay muchos refugios específicos para la comunidad de la diversidad sexual en el Estado de México es la falta de políticas públicas y normativas que contemplen medidas específicas para esta población, a diferencia de otros grupos vulnerables como las mujeres víctimas de violencia.
Lo anterior limita la creación y financiamiento de refugios especializados por parte del gobierno, coincidieron los integrantes de esa comunidad.
Además, la mayoría de los refugios existentes han sido impulsados por la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, que enfrentan recursos limitados y alta demanda, lo que dificulta ampliar la capacidad y cobertura.