tuvo las vidas de dos menores de edad en sus manos... y las salvó. Ninguno respiraba y sus cuerpos se amorataban a cada segundo, por lo que la mujer policía, quien fue condecorada con un grado más alto, tuvo que ir contra la presión y el tiempo para revivirlos.

“Ante todo, pues soy un ser humano, soy mamá y el instinto… también [hay que] saber que tienes que entregar buenos resultados, porque no puedes fallar, estaban de por medio dos vidas, no es cualquier cosa. Yo sabía que tenía mucha responsabilidad en mis manos. Yo sabía que tenía que sacar mi mayor esfuerzo”, dice Yacel al recordar los dos hechos ocurridos los meses de agosto y diciembre de 2024, que marcaron hasta el momento su carrera de cuatro años en la Policía Bancaria e Industrial (PBI).

En una charla con EL UNIVERSAL, la ahora policía segundo cuenta que de la práctica de a un hecho real hay una diferencia importante, pues al practicar con compañeros en la academia la emergencia no está ocurriendo en el momento.

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Siendo madre de una pequeña de seis años, tampoco había vivido una experiencia que la llevara a poner en práctica sus conocimientos y habilidades de primeros auxilios, hasta que, en agosto pasado los empleó por primera vez mientras realizaba sus funciones de resguardo de la estación Merced del (STC) Metro.

“Cambia todo, es una presión, una tensión, a lo mejor esa tensión y esa presión que yo sentí el día de los hechos nunca la había sentido en los cursos”.

¿Cómo sucedió todo?

Para la mujer policía ocurrió en un día normal de servicio. Era agosto y se encontraba en los torniquetes del Metro Merced, cuando vio bajar a una familia por las escalinatas.

Llevaban una bebé en asfixia, su cuerpo estaba morado, recuerda.

“Yo vi cuando la familia ingresó con la bebé en brazos, y me la entrega [la mamá] y me dice que se estaba ahogando, se estaba asfixiando. Y pues al yo recibirla, la niña ya venía totalmente morada. La logro estabilizar y pues, gracias a Dios, la niña estaba saturando bien”.

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Tras haberla ayudado, la bebé fue trasladada a su clínica familiar únicamente para que los médicos le dieran seguimiento, el cual resultó positivo para su vida.

Sin embargo, para la mujer elemento de la PBI “fueron minutos, a mí se me hacían eternos, unos cinco o 10 minutos, o sea, la niña no reaccionaba”, añade.

El segundo caso ocurrió justo a un día de concluir el año 2024, el 31 de diciembre, cuando Yacel Maricela cubría en la misma estación el Operativo Cero Pirotecnia.

Durante sus revisiones para que los usuarios no introdujeran explosivos a las instalaciones del Metro, un señor le pidió ayuda porque una menor yacía en el suelo, afuera de la estación, sin poder respirar.

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“‘Mejor lléveme porque el mercado es muy grande, tiene muchos pasillos’, [le dije]. Me llevó, y me encuentro con la menor tirada en el piso, boca arriba, totalmente morada, sin poder respirar. Inmediatamente la levanté y empecé a aplicarle los primeros auxilios.

“Son menores, sus órganos, sus huesitos, son muy tiernos, no es lo mismo manipular a una persona grande. Tiene que ser con mucha precaución porque puedes lastimar y ahora sí puedes perjudicar.

“Una vez que logro que reaccione, estimulo y estimulo hasta que ellas logran tomar su respiración al 100%”, menciona.

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En este segundo caso de emergencia, asegura, fueron escasos segundos cuando se percató de que la menor comenzó a reaccionar, y posteriormente alrededor de 10 minutos para que retomara su respiración normal. Le quedaron muchas preguntas después de ese hecho, pues nunca supo cuál fue la circunstancia que llevó a la menor hasta esa situación de riesgo.

Y es que no sólo ella como responsable de la emergencia debe superar la tensión y ganarle al tiempo, sino también los familiares, quienes, dice, en los dos casos que atendió, estaban bloqueados y no supieron explicarle por qué sus hijos se estaban asfixiando.

“Uno es entregada con el trabajo, y cuando ves que tú eres reconocida y que tu esfuerzo te ha llevado a buenos logros, pues creo que es cuando te motivas a seguir siendo mejor. Obtener buenos resultados, porque perfectos no somos.

“En ese momento pasaron cosas muy padres, pero también pudieron ser difíciles, gracias a Dios se logró, y a continuar”.

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