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Los 12 mil ojos electrónicos que tiene la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSPCDMX) a través de las cámaras instaladas en las patrullas y en el uniforme de los agentes, sirven para vigilar la labor de los uniformados y cumplir con el Nuevo Sistema Penal acusatorio.
La policía capitalina tiene 2 mil 382 patrullas, las cuales cuentan con cuatro cámaras, dos al interior y dos al exterior, lo que hace 9 mil 528 dispositivos que graban y transmiten en vivo a los puestos de mando y al edificio sede de la SSP. Además, hay 3 mil 178 mini cámaras que los agentes de diversos sectores llevan en el uniforme.
“La gran ventaja de todo esto es que junto con las más de 15 mil cámaras del Sistema C5, más de 6 mil en el transporte colectivo metro, en toda la ciudad contamos con más de 36 mil cámaras que nos permiten tener todos estos ojos electrónicos en auxilio de la policía y de la ciudadanía”, explicó en entrevista el subsecretario de Información e Inteligencia de la SSPCDMX, José Gil García.
Todos estos dispositivos son una herramienta que utiliza la SSP para supervisar los protocolos, de acuerdo con el funcionario, “es para poder cumplir con los protocolos de detención, para poder ayudarnos con videos testigos en caso de que ocurra algún hecho delictivo. No sólo tenemos este número de cámaras, también somos la única policía en el país que ha implementado las cámaras corporales, es decir, cámaras que todos los elementos de la SSP deben tener en el transcurso de su turno”.
De acuerdo con el contrato administrativo celebrado entre la Secretaría y la empresa Groundbreaking Technologies, S. A. P. I DE C.V, obtenido vía transparencia, en noviembre de 2014 se firmó un contrato para la adquisición de “438 cámaras para monitoreo terrestre con sistema de almacenamiento y visualización”, por las cuales se pagó un total de 6 millones 606 mil 46 pesos.
En ese mismo año se firmó también un contrato para el mantenimiento evolutivo de las cámaras instaladas en las patrullas entre la SSP y la Sociedad Mercantil denominada Secure Witness de México, S de R.L de C. V, en el cual se estableció que la dependencia pagaría 3 millones 198 mil 932 pesos. La vigencia de dicho contrato fue hasta diciembre de 2014.
¿Cómo funcionan las cámaras?
En las patrullas hay cuatro cámaras: una instalada en la parte trasera, otra dirigida hacia el copiloto y piloto de la unidad. Por fuera, hay una cerca de la sirena que apunta hacia la parte trasera del vehículo y otra más enfrente.
Dichos dispositivos tienen GPS, visión infrarroja para grabar en áreas poco visibles y por las noches, comienzan a funcionar cuando el conductor enciende el vehículo, y el contenido de las imágenes no se puede manipular por los mismos agentes. La información se puede ver en vivo desde la SSP e incluso descargar cuando la patrulla está apagada.
El tiempo de grabación de dichas cámaras dura de dos a tres días, y de acuerdo con el subsecretario, hay un grupo de monitoristas en la Dirección de Asuntos Internos de la SSP, encargada de supervisar la labor policial, que ve en vivo lo que ocurre dentro de las unidades.
“No sólo eso sino que cada una de estas patrullas cuenta con un GPS, lo que nos permite ver dónde se encuentra la unidad, qué está ocurriendo o qué fue lo que ocurrió o dónde estuvo esa unidad con anterioridad; esto nos permite a no sotros ser muy operativos, no distraer las patrullas de la operatividad, sino que lo podemos hacer de manera remota. Ese tema es totalmente encriptado, no puede ser visualizado por nadie que no sean las áreas de Asuntos Internos o sala de crisis, no puede ser vulnerado”, aseguró el subsecretario.
“No necesitamos que esa patrulla llegue a nuestras instalaciones para poder nosotros ver qué es lo que ocurrió, el sistema vía remota nos da la información. En la sala de crisis, en los puestos de mando y en la Dirección General de Asuntos Internos se pueden visualizar en tiempo real podemos ver qué está haciendo la unidad y también podemos hacer un videoreplay, es decir, podemos hacer un regreso para poder ver eventos anteriores”.
Caso contrario con las 3 mil 178 cámaras que portan los agentes en sus uniformes desde hace un año; estas se encienden al accionar una palanca de encendido, la grabación que también dura de dos a tres días no puede verse en vivo, pues se debe extraer en sus sectores o en Asuntos Internos cuando termina su turno. Además, por el tamaño, a veces los agentes pierden las mismas durante operativos.
“Lamentablemente no es el número que quisiéramos tener; sin embargo, es lo que hay en este momento a partir del presupuesto que tenemos. La idea es poder abarcar a todos y cada uno de estos policías. Esto funciona muy parecido al tema de las patrullas, la única desventaja es que no podemos verlas en tiempo real. Los agentes tienen que llegar hasta acá, cada cámara puede ser vaciada en el sector y esa información nos llega de manera remota a nosotros”, comentó Gil.
A pesar de estas limitantes, la policía considera que son una herramienta que eficienta la labor de los agentes y el tiempo de respuesta ante las emergencias; además serviría para aplicar sanciones y correctivos. “Nos ha permitido, a partir del uso de la tecnología, abatir el tiempo en el que estamos llegando a las intervenciones, hoy lo hacemos en 2 minutos 30 segundos. En todo nuestro país somos los que llegamos más rápido al lugar donde nos piden este apoyo”.
Uno de los casos polémicos sobre las cámaras en las patrullas fue el del joven estudiante Marco Antonio, quien fue detenido en Azcapotzalco y luego desapareció. En ese entonces, la SSP argumentó que la cámara de la unidad donde viajaban los policías implicados en la aprehensión no funcionaba.
“En este lamentable evento la cámara justamente había sufrido un desperfecto técnico, la unidad estaba lista para ser reparada. Lamentablemente, ocurre esto cuando no servía la cámara; sin embargo, uno de los elementos de prueba que fue utilizado tanto por la Comisión de Derechos Humanos como por las autoridades de las fiscalías fue que la unidad, aun cuando no tenía cámara funcionando, hace un recorrido y el GPS de la cámara pudo ubicarla en ese recorrido, tal cual la declaración de los elementos que intervinieron y hubo un momento en que se encontró con otra unidad de enfrente y la cámara de esa unidad sí funcionaba, y se pudo ver de manera muy clara que no venía ya Marco Antonio en la unidad. Fue un video testigo que nos sirvió para poder deslindar responsabilidades”.