Miles de personas, fieles al Niñopa se dieron cita en la Catedral de San Bernardino, en la alcaldía Xochimilco, para presenciar el cambio de mayordomía, es decir, de quien lo cuidará durante un año.
Entre fiesta, cánticos, tradición, chinelos y devoción, cientos caminaron de la iglesia a la casa de Silvia Hernández y Daniel Ricardo López, quienes serán los mayordomos durante 2025; esperaron 40 años para esta bendición.
En las calles de la demarcación todo era algarabía, el evento no sólo fue para los habitantes de Xochimilco, sino también para quienes llegaron de otras zonas de la Ciudad de México e incluso de puntos más lejanos. “Nunca había visto tanto chinelo junto, el fervor se contagia y quise venir a vivir la experiencia, es mi primera vez y fue algo espectacular”, comentó Camilo, quien desde el estado de Morelos viajó al cambio de mayordomía.
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La comunidad también participó. Antes de llegar a la iglesia ya repartían tamales por el Día de la Candelaria, se alistaron con bebidas de frutas naturales, botellas de agua y todo para hacer pasar a los visitantes un rato agradable.
“Así le agradecemos al Niñopa todo lo que ha hecho por nosotros, las bendiciones recibidas y los milagros que nos ha hecho, mientras él nos siga dando todo lo que necesitamos, nosotros compartimos lo que él nos da”, expone doña María, quien es devota de la figura.
Para los nuevos mayordomos, la responsabilidad es grande, pues además de tener la responsabilidad de cuidarlo, tendrán sobre ellos las miradas de los xochimilcas.
“Es mucha responsabilidad, porque se debe cumplir con lo que dice la tradición, deben hacerle sus fiestas y deben tener la puerta abierta para todo aquel que lo necesite, de eso se trata la mayordomía; ve, ellos tardaron 40 años y así hay gente y familias originarias que llevan esperando eso toda una vida”, expuso Margarita, otra vecina que dijo estar bendecida por el Niñopa.
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Los nuevos mayordomos fueron los encargados de preparar y administrar la comida y bebida para poco más de 5 mil asistentes de toda la comarca, algo que, dijeron, hicieron con gusto.
“El Niñopa es amor, es comprensión y compartir todo lo que nos deja, tenemos años preparándonos y esperando este momento, es lo menos que podemos hacer por él”, refirió Daniel, el nuevo mayordomo, mientras atendía a todos los invitados y recibían bendiciones, “ayudas” y abrazos de los asistentes, quienes querían verlo y tocarlo.
La festividad del Niñopa en Xochimilco es una de las tradiciones más importantes y representativas de esta alcaldía en la Ciudad de México. Se celebra cada año el 2 de febrero, coincidiendo con el Día de la Candelaria, marcando el final de las festividades navideñas.
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El Niñopa es una imagen de madera del Niño Jesús venerada en Xochimilco desde el siglo 16. La escultura, hecha de madera de colorín, es considerada una de las imágenes de culto católico más antiguas de América Latina.
A diferencia de otras imágenes religiosas, el Niñopa carece de templo propio, por lo que es resguardado por familias de los barrios de Xochimilco, que se turnan la custodia cada año. Estas familias, conocidas como mayordomos, son responsables de organizar las festividades en honor al Niñopa, que están llenas de color, música y devoción.
Llevan a bendecir a niños Dios a la Catedral Metropolitana
Cuarenta días después del nacimiento del Niño Dios, decenas de feligreses acudieron a la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico, para presentarlo ante Dios, al igual que cuando José y María llevaron a su hijo al Templo de Jerusalén con el fin de consagrarlo, como marca la tradición cristiana.
“Para mí este niño representa la fe con la que siempre me crió mi mamá que ya no está y en parte por eso y también por mí sigo viniendo todos los años para que me lo bendigan”, dijo Carmen Morales, quien acudió para seguir cumpliendo la tradición en la zona centro.
Como encargo de su madre, quien falleció hace 17 años, Carmen Morales lleva desde entonces a la misa del Día de la Candelaria a su figura de porcelana de 40 centímetros de altura, quien en esta ocasión fue vestida con una túnica café, un sombrero de paja y un par de zapatos naranjas.
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Carmen y otros “padrinos” de Jesús cargaron a los niños de porcelana durante toda la misa: de pie, sentados o hasta hincados mantuvieron a las figuras de porcelana cerca del pecho.
Luis Mendoza, de 40 años, no quiso perder la oportunidad de llevar a bendecir al Niño Dios que durante tres generaciones ha formado parte de su familia y de su crecimiento.
Con unos grandes ojos y pestañas, una túnica café y unos huaraches en los pies, Luis contó que este niño, “desde que lo compró mi abuelita, nunca ha faltado a una misa de Candelaria, y no creo que vaya a faltar, si te soy sincero”.
“Desde que lo tengo lo he traído y he tratado de cuidar de él, junto con mi mamá y mi esposa que a veces nos lo turnamos. También tratamos de vestirlo de un santo distinto cada año. Este año lo traemos con un traje de San Francisco de Asís, en honor a mi padre que falleció”, señaló Mendoza.
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Para él, esta tradición, además de reforzar el catolicismo, ha unido a su familia desde que tiene memoria, pues se han juntado todos los 25 de diciembre, los 6 de enero para partir la rosca y los 2 de febrero para bendecir al Niño Dios.
En una de las bancas frontales de la Catedral Metropolitana se encontraba Esperanza Ramírez, una mujer de 84 años de edad, quien aunque utiliza una andadera para caminar, traía colgada en el cuello una figura de yeso de Jesús, misma que era protegida por una caja de madera tejida.
“Siempre he sido católica, para mí no existía eso de ahorita que existe que hay muchos jóvenes que ya no creen y que ponen en tela de juicio la existencia de Dios. Yo no sé si sea por los aparatos o la tele que hoy se ponen a dudar”, señaló.
Al concluir la misa, el padre pidió a todos los asistentes formarse en doble fila en el centro de la Catedral Metropolitana, para que los niños recibieran la bendición.
Se duplica la venta de tamales durante el Día de la Candelaria en CDMX
Cientos de capitalinos salieron a las calles a comprar sus tamales para desayunar o para pagar que les haya salido el muñequito en la Rosca de Reyes el pasado 6 de enero.
Algunos puestos de tamales de hoja de maíz, como el de Leticia Gallegos, afuera del exconvento de San Hipólito desde hace 35 años, estuvieron llenos.
La vendedora de tamales cuenta que en un día cualquiera vende 500 tamales, en promedio, pero que ayer tuvieron que hacer el doble de producción, es decir, mil “o un poquito más”.
Unos metros más adelante, en avenida Hidalgo y Reforma, se encuentra el triciclo de Julio Trinidad, quien desde hace 15 años vende tamales oaxaqueños. Prepara alrededor de 300 diarios, pero este Día de la Candelaria tuvo un pedido de 100.
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Charros encabezan el Carnaval de Chimalhuacán
Chimalhuacán, Méx.— Al ritmo de Los Gavilanes, El Alazán y el Rocío, Mi corazón es Nequis y El Alacrán, entre otras canciones, inició el Carnaval en Chimalhuacán, uno de los más antiguos y de mayor duración del mundo.
La festividad reunió a miles de participantes, entre orquestas, comparsas, andancias, músicos, personal de seguridad ciudadana y tránsito, bomberos, logística y servidores públicos.
Los residentes portaron trajes de charro, bordados con canutillo, hilos de oro y plata, máscaras de cera y sombrero. Los charros y charras bailaron a lo largo del Circuito Principal, ellas lucieron elegantes vestidos bordados de chaquira, crinolinas y sombreros.
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En esta edición el desfile contó con la presencia de miembros de 93 comparsas de adultos, 20 infantiles y 48 andancias, sonorizadores, plataformas y carros alegóricos, que generaron un ambiente único en este municipio de la zona oriente, el cual fue considerado durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón como la localidad urbana con mayor marginación del país.
Desde temprano los contingentes se congregaron en la Plaza San Agustín, para iniciar su recorrido por los pueblos originarios de Chimalhuacán. Luego se dirigieron por la avenida El Puerto hasta la avenida Del Peñón para seguir hacia la avenida Refugio, rumbo a la Plaza Ignacio Zaragoza de la Cabecera Municipal.
Por las obras que se llevan a cabo en esa zona del municipio, los participantes del desfile utilizaron la avenida Del Peñón, por lo que toda la ruta la hicieron durante casi seis horas, pero eso no fue impedimento para que niños, jóvenes y adultos salieran a las calles a disfrutar de las comparsas, andancias y carros alegóricos para animar a los charros en todo su camino.
El recorrido pasó por los barrios de Villa San Agustín, San Lorenzo, Xochiaca, Xochitenco, San Pedro y la cabecera municipal, los danzantes hicieron una parada en cada iglesia para bailar.
No podían faltar las andancias, hombres vestidos de mujeres que invitan al público a bailar. A esta fiesta también se incorporaron botargas de personajes populares, que provocaron el deleite de los niños.
La alcaldesa morenista Xóchitl Flores, nativa del municipio, también acudió a la festividad y portó en todo el trayecto uno de los trajes tradicionales.
“El Carnaval de Chimalhuacán es uno de los de más larga duración en el mundo, pues comienza en febrero y termina en abril, dura tres meses, ya se inició el proceso para poderlo registrar como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)”, reiteró la edil mientras movía los pies al ritmo de la música que los acompañó en todo el recorrido.