Valle de Bravo, Méx.— Los turistas que llegan al Pueblo Mágico se sorprenden de ver cómo la presa Miguel Alemán —conocida como la de Valle de Bravo— ha subido su nivel de agua en las últimas semanas, tanto que hasta les permite tomarse una fotografía “agradable para nuestros recuerdos”.
El entusiasmo también lo tienen los prestadores de servicios, quienes esperan que los visitantes regresen a la zona turística, donde la baja en dicha presa provocó la disminución en 50% en el arribo de visitantes y, por ende, en su economía. “Entre semana no llega mucha gente por la cuestión del trabajo, escuelas, pero ya los fines de semana reportamos poco a poco más turismo, es lo que nos hacía falta, porque llegó un momento en el que así como llegábamos sin un peso, así nos íbamos”, relató uno de los lancheros que recorre la presa.
La actividad restaurantera ha ido repuntando poco a poco hasta alcanzar 40% de ocupación, lo cual es un avance, pues antes lograban 5% o 10%.
“Estuvimos una larga temporada detenidos, no había lluvias ni gente, tomando en cuenta el año pasado que durante toda la temporada de lluvia la presa se recuperó 50 centímetros, y hace dos años se recuperó dos metros, ahorita alcanzamos por arriba de los cinco metros del nivel, lo que nos da un buen repunte por la buenísima cosecha de lluvia”, describió David Rodríguez, administrador del restaurante Los Pericos.
A la orilla del embarcadero se estacionan los autos de los turistas buscando algún paseo, cuyos costos se mantienen desde hace un año para lograr atraer las ventas que tenían antes de la sequía.
“Los precios son los mismos, no podemos darnos el lujo de subir los costos aun cuando lo amerita, porque vamos a ahuyentar más a las personas que llegan, igual se va a valorar para el próximo año contemplando cómo está la llegada de turismo”, precisó un lanchero.
Para los prestadores de servicio, la difusión de los niveles bajos en la presa Miguel Alemán provocó que el turismo se alejara imaginando que en el lago no se podían realizar actividades acuáticas.
“Se hizo una mala imagen de Valle de Bravo con los niveles bajos que nunca llegaron a ser tan extremos que no se pudiera navegar, de estar en 20% sí se podía navegar perfectamente, pero, bueno, ahora el lago está muy bien recuperado y que llegue la gente para que los servicios se incrementen”, comentó el administrador restaurantero.
En los mercados de artesanías y de comida las ventas van al alza y no sólo por el consumo local, sino por el arribo de visitantes.
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“Sí, ya se comienzan a ver los turistas que llegan, por eso ahora ya hay más locales abiertos, porque ya muchos venían dos veces por semana, sólo los sábados o a principio de semana, pero no todos los días, porque no convenía consumir gas o luz si no había entradas, ahora, como quiera, ya los fines de semana sí hay movimiento”, dijo Luz, quien prepara comida.
Por este panorama y ante la recta final del año, los comerciantes y prestadores de servicio esperan llegar a 70% de sus ventas; los hoteleros prevén una ocupación de 100%, especialmente para los festejos de Navidad y Año Nuevo y con ello lograr un buen cierre de año.
Están a la expectativa de los recursos económicos que logren en los dos últimos meses del año, para evaluar cómo arrancan 2025.