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Las huellas del siniestro ocurrido el fin de semana pasado en al menos siete bodegas de la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda) aún se perciben. Todo huele a madera y plástico quemado. Los trabajadores en vez de hacer lo de todos los días, acomodar y vender flores, hortalizas o frutas; de momento se han puesto a levantar y a limpiar todo lo que el fuego destruyó.
“Confíamos en que a más tardar a finales de este mes ya esté todo al 100”, dijeron quienes levantaban los escombros en ese lugar.
El sitio es tan amplio que el comercio y las ventas siguen como si nada pasara. “Fue de aquel lado afortunadamente, hasta donde sabemos no hubo heridos ni nada de eso, todo quedó en pérdidas materiales, pero nosotros seguimos trabajando y esperando que nunca nos suceda”, dijo la señora Virginia, quien tiene una bodega de la zona aledaña afectada, pero donde el fuego no llegó.
Con temor, los locatarios —de momento— descartan que el siniestro fuera provocado por extorsionadores o delincuentes que operan en el lugar. “Hasta donde sabemos todo fue un accidente, dicen que fue por un corto, de extorsión y esos temas, no sabemos nada, no se ha escuchado nada, aquí sí hay robos y ese tipo de delitos, pero de extorsión no se que decirte”, afirma una locataria.
En los alrededores de la zona del incendio se pudieron apreciar elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX) así como de Protección Civil del gobierno central y personal de seguridad de la propia Central de Abasto; también bomberos, pues querían supervisar que no quedara residuo o brasa alguna que nuevamente pudiera iniciar el fuego que, hasta ayer, ya se había reportado totalmente controlado y sofocado.
Cerca del mediodía llegaron algunos peritos de la Fiscalía capitalina para dar inicio a las investigaciones, pues los locales contaban con seguro y para hacer válida la garantía, se ocupaba determinar la causa del siniestro.
En el lugar, algunos testigos dijeron a las autoridades que, presuntamente, el incendio se generó por las irregularidades del cableado eléctrico y debido a que la mayoría de las bodegas son de madera y aluminio, las llamas se extendieron en cuestión de minutos.
“Hasta el momento no hemos cuantificado las pérdidas económicas, pero según nos han dicho, lo más barato es la mera estructura, el tema fuerte son las toneladas de producto y materia prima que estaban en las cinco bodegas que se quemaron todas. Pueden ser más de 20 toneladas por bodega, pero eso lo tendrán que determinar las autoridades”, confió uno de los policías que resguardaba el área.
Como parte de las indagatorias, la administración de la Central de Abasto (Ceda) proporcionará a los agentes investigadores, los videos de vigilancia de los alrededores para determinar si el siniestro fue un accidente o fue provocado por alguien.
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El domingo, la jefa de gobierno, Clara Brugada, recorrió la zona y dijo que se brindará ayuda a los comerciantes afectados por el incendio ocurrido.
En tanto, la secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC), Myriam Urzúa, solicitó al Instituto para la Seguridad de las Construcciones, realice los dictámenes de las estructuras de las naves afectadas.
