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Chalco, Méx.— Si caminar por las calles inundadas de aguas negras se ha convertido en una práctica habitual para cientos de residentes de la “zona cero” de Chalco, andar por esos senderos lodosos también se ha hecho muy común para ellos.
Este lunes varias manzanas aún tenían líquido pluvial y residual que dejó la lluvia del sábado en la noche y de la madrugada del domingo. Donde se había desalojado quedaron los pestilentes lodos negros que convierten esa área del municipio en muy tóxica.
Así con ese hedor pasaron el fin de semana las familias de varias calles de Culturas de México y de Jacalones 2, porque los dos cárcamos de alivio que construyeron antes del fin de año las autoridades de los tres niveles de gobierno, extraen muy lento el agua que se estanca en esa zona baja del municipio.
“La lluvia cayó desde la noche del sábado y en las primeras horas del domingo y todo el domingo estuvieron en operación las bombas, pero creemos que lo hacen muy despacio, pensábamos que sería muy rápido, pero no ha sido así, queremos que realmente hagan obras que resuelvan la situación en la que vivimos porque cuánto tiempo llevamos así y no hay solución para nosotros”, dijo Eduardo, residente de Culturas de México.
La mañana del lunes, empleados del Organismo Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (ODAPAS) de Chalco acudieron en un vehículo vactor al área para extraer el líquido en la calle Purépechas, cerca del cárcamo de emergencia de Culturas de México.
Mientras llevaban a cabo esas labores los vecinos caminaron con botas de hule por la otra acera, algunos con cubreboca, para tratar de que el olor penetrante no los afectara, aunque muchos, dicen, ya se acostumbraron a esa pestilencia.
Así salieron a trabajar muy temprano, y los niños también lo hicieron para regresar a las escuelas porque las clases continúan después del periodo vacacional de fin de año.