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La muerte de Miguel, feminicida serial de Iztacalco, tras caerse en el Reclusorio Oriente y perder la vida en el hospital por un paro respiratorio, recordó el caso de José Luis Calva Zepeda El Caníbal de la Guerrero, quien fue encontrado sin vida dentro de la misma prisión.
El Caníbal fue sentenciado a 50 años de prisión por los delitos de homicidio calificado y profanación de cadáveres. Fue acusado de comerse a sus víctimas, pero él siempre lo negó, aunque confesó que “enamoró” y estranguló a dos de sus víctimas.
En prisión y bajo vigilancia especial, José Luis Calva Zepeda fue encontrado ahorcado dentro de su dormitorio; según los expedientes policiacos, esto ocurrió un 11 de diciembre de 2007, cuando los guardias se percataron que no respondió por la mañana en el pase de lista.
La necropsia practicada por las autoridades forenses revelaron que la muerte fue por constricción voluntaria, pues no se encontraron huellas de violencia o forcejeo en su cuerpo ni signos de que la víctima intentará defenderse de sus agresores.
Sin embargo, para los familiares y amigos, no se trató de un suicidio sino de una presunta venganza.
