Más Información
Sheinbaum descalifica reportaje del NYT sobre producción de fentanilo; “no son creíbles las fotografías”, dice
VIDEO: Colombiana que busca escaño en Texas llama a “ejecución pública” de migrantes; dispara contra maniquí como muestra
Muere el periodista argentino Jorge Lanata a los 64 años; fue un referente en investigaciones sobre corrupción en su país
Atizapán de Zaragoza, Méx.— Áreas de urgencias, choque, pediatría y de internamiento del Hospital General Salvador González Herrejón en donde ingresó un torrente de aguas turbias han sido desinfectadas e inicia una evaluación de daños al equipo rescatado, para ver la posibilidad de volver a operar, quizá en unos días más, señaló el secretario de Salud mexiquense, Francisco Javier Fernández Clamont.
Luego de la limpieza, a dos días de la inundación que sufrió esta unidad, por lo que 101 pacientes, entre ellos 16 neonatos tuvieron que ser desalojados de forma emergente, inició una etapa de evaluación del equipo que se pudo rescatar y del que eventualmente podría haber resultado dañado, afirmó el secretario.
Él, junto con el subsecretario de Gobierno, Ricardo de la Cruz Musalem, recorrieron el lugar.
Los trabajos de rehabilitación del hospital llevan 70% de avance, con el objetivo de que pueda reiniciar labores en el menor tiempo posible, que podría ser el próximo lunes, no obstante, volverá a operar “cuando haya condiciones de seguridad”.
Al hospital acuden decenas de personas, como Yuliana, quien llegó por su cita de ginecología y encontró las puertas cerradas. El vigilante le indicó que llamara por teléfono para reprogramar.
Durante el recorrido, los funcionarios reconocieron el trabajo del personal médico en actuar caminando entre el agua para preservar la seguridad y estabilidad de los pacientes, tanto los de terapia intensiva, como los del área Covid y a 21 bebés y neonatos que fueron trasladados la madrugada del 6 de julio a otros hospitales.
“Nos preocupa la operatividad del laboratorio y de la unidad de Rayos X para regresar a trabajar”, señalaron médicos internistas, quienes manifestaron su preocupación por el estado de las ocho camas de terapia intensiva, cuyos circuitos pudieron haberse dañado en la inundación, pues son muy útiles y el costo de ellas supera los 800 mil pesos.