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Toluca, Méx.— Máximo tiene siete años y quiere ser soldado. Dice que los miembros del Ejército son “tenaces, perseverantes y disciplinados”, y que su fin en la vida es “prepararse física e intelectualmente para defender a su patria de personas hostiles, sin escrúpulos y ambiciosas”.
El pequeño, quien vive con trastorno del lenguaje y discapacidad motriz, fue uno de los cuatro niños de entre siete y nueve años seleccionados para ser soldados por un día.
Sus actividades como militares iniciaron ayer junto con las de los integrantes del 25 Batallón de Infantería, en la 22 Zona Militar, localizada en el municipio de Rayón.
“Un soldado es aquella persona que en caso de desastres naturales siempre está para apoyar a sus semejantes, por ello hoy me gusta mucho rendirle un homenaje a su ardua labor”, explicó el más pequeño de los niños, elegidos de entre 500 menores de edad atendidos en las dos unidades de Rehabilitación e Integración Social (URIS), en Toluca.
Irving, Jesús, Guillermo y Máximo llegaron muy temprano a las instalaciones militares. Primero se colocaron el uniforme, luego les asignaron sus camas y el espacio donde guardarían sus pertenencias.
Acompañados por sus padres, primos, tíos y hasta los abuelitos, los pequeños realizaron un recorrido por los dormitorios, donde conocieron un poco de lo que hacen los soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante las primeras horas del día.
Enseguida tomaron el desayuno y después recibieron un reconocimiento y juguetes.
También conocieron a los perros entrenados, actividad que para Máximo fue “uno de los momentos más hermosos” de su vida.
El niño se dijo orgulloso de poder portar un uniforme que lo “hace sentir seguro”.
El general de brigada Diplomado de Estado Mayor, Édgar Humberto Flores García, calificó como un gran honor convivir con los menores, pues hay muchas actividades que no son conocidas por la población y que son en beneficio de la ciudadanía, sobre todo porque están destinadas a cuidar de su seguridad.
La jefa del Departamento de Atención a las URIS, Jessica Lizbeth García, dijo que es la primera ocasión que las unidades de la capital mexiquense tienen este tipo de actividades, cuya finalidad es hacer visible a la población con discapacidad motriz, autismo u otras condiciones.
En Toluca, actualmente son atendidos 416 niños en la URIS del Olimpo y en San Pablo Autopan suman 86. La meta, dijo la especialista, es que más familias lleguen a recibir atención, como consulta de rehabilitación, audiología, terapia física, del lenguaje u ocupacional.