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Los “ difuntos nuevos” de Malinalco recibieron cientos de visitantes que llevan ceras a sus altares para iluminar el inicio de su camino hacia el Mictlán, en una tradición prehispánica que mantienen vigente pobladores de este pueblo milenario.
Entre las ofrendas de los nuevos difuntos, está la de Delfino Coatzin quien murió en este año de pandemia, el 16 de marzo a los 85 años de edad luego de ejercer su oficio de peluquero por 73 años, pues empezó a rasurar la barba desde que tenía 12 años, relató su nieta Blanca Estela Coatzin.
Delfino Coatzin fue peluquero por 73 años y así lo recordó su familia Foto: Jorge Alvarado/ EL UNIVERSAL
Su sillón de barbero, sus tijeras, su foto y el espejo en el que se reflejaron los clientes de Delfino fueron parte fundamental de su altar como “ difunto nuevo” , así como la comida y las bebidas que le gustaban .
Los compadres, familiares, visitantes, conocidos y desconocidos llevan una cera a cada altar de “muertos nuevos” para iluminar su camino y en agradecimiento la familia del difunto les da un jarro con atole, café, pan, chocolate, mole, tamales o un refresco y hasta balones de futbol, por venir a dar luz al difunto.
Germán Lara, lector de EL UNIVERSAL , “como difunto nuevo” fue recordado con alfombras de aserrín con pinturas en las que sus hijos plasmaron su rostro, el escudo de su equipo de futbol y la empresa Compañía de Luz y Fuerza en la que “trabajó 27 años, dos meses, un día”, como él repetía, señaló Enriqueta Lara.
Son ofrendas grandes, llenas de color, olor y sabor en las que las familias invierten más de un mes de trabajo y de 25 mil hasta 100 mil pesos, con el apoyo de amigos, compadres y vecinos, porque pese a la crisis que dejó la pandemia “no queremos que muera esta tradición” , para recordar a los difuntos nuevos.
Foto: Jorge Alvarado/ EL UNIVERSAL
Desde el sábado 30 de octubre hasta el dos, tres o cuatro de noviembre, cientos de personas visitan casa ofrenda por lo que las familias de los difuntos nuevos reciben cientos y en ocasiones más de mil velas o ceras.
La llegada al Mictlán de Fernando en una cueva, fue la representación que realizaron sus hermanos, con papel picado, frases que él repetía, “su cerita”, el pan y su cervecita donde Mictlantecutli es un personaje central “porque la vida no puede existir sin la muerte”, en un trabajo arduo que les llevó varios días, relató Miriam su hermana.
Foto: Jorge Alvarado/ EL UNIVERSAL
Ofrendas de “difuntos nuevos” que estos Días de Muertos recorren miles de personas que llevan ceras para iluminar el nuevo camino de quienes fallecieron en el último año de pandemia.
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maot/rdmd