Más Información
Sheinbaum publica en el DOF reforma en materia de prisión preventiva oficiosa; entra en vigor el 1 de enero de 2025
Sheinbaum cierra el 2024 con mensaje de Año Nuevo; recuerda legado de AMLO y reafirma continuidad de la 4T
Concierto de Polymarchs en Paseo de la Reforma; más de 3 mil personas esperan bailar al ritmo de high energy
¡Regalo de Año Nuevo! Subsidio para consumidores de Magna y diésel; disponible solo la primera semana de enero 2025
Anuncian cierre de oficinas de EU en México por funeral del expresidente Jimmy Carter; citas serán reprogramadas
Dicen que murió dormido, tranquilo, sin sobresaltos antes de cumplir 85 años, a pesar de que a inicios de enero ingresó al hospital por Covid-19, pues el virus no respetó la investidura del obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda.
Este 2 de febrero en la capilla Alpes del Panteón Francés, al poniente de la Ciudad de México y en un escenario muy diferente a las agrestes tierras de Ecatepec, familiares y amigos le dieron el adiós.
Aquí inició la despedida del hombre que lo mismo capoteó toros, estudió Derecho en la UNAM en la década de los 50 y después se ordenó como sacerdote, al tiempo que fue banquero y diestro en el manejo de acciones en la bolsa de valores.
Amigo de políticos del PRI y del PAN, Cepeda falleció la noche del 31 de enero a causa del Covid-19.
Una urna de mármol blanco resguardó las cenizas del controvertido obispo, cuya peculiar forma de hablar, con palabras altisonantes, rompió con la solemnidad de la curia.
Tan sólo una docena de personas asistieron al velorio en el Panteón Francés, “que es estrictamente familiar”, señaló el hermano del obispo, Enrique Cepeda.