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Cuando José Amezcua, de 80 años, intentó encender su Datsun del 71 para ir por sus medicinas al Seguro Social, ya no arrancó. Levantó el cofre y se percató de que el motor estaba empapado por la tromba de 45 milímetros que el lunes pasado inundó la colonia Ejército de Oriente Indeco II ISSSTE, en la alcaldía Iztapalapa.
"Cuando digo que todo lo perdí, es todo. Hasta mi carcachita que me compré porque ya no puedo caminar bien para ir por mis medicinas", dice José mientras se apoya de su bastón y muestra las curaciones en ambas piernas que le hacen de manera periódica por su diabetes.
Con dificultades levanta su bastón, señala una marca en el retrovisor y dice que hasta ahí llegó el agua de la lluvia. Cuenta que se le echaron a perder los asientos del carro, el techo, el motor y la batería.
Sin este auto clásico que compró porque circula diario tendrá que caminar más de una hora para ir por sus medicinas, entre su edad, su bastón y la diabetes por la que han estado a punto de cortarle sus piernas.

"Vea, son mis curaciones, tengo que estar yendo a mis citas porque me dicen que me quieren cortar mis piernas y yo no quiero, me estoy aguantando mucho y por eso tengo que ir por mis medicinas, tengo que estarme inyectando diario por mis medicinas", dice.
Señala que tomar un taxi desde la calle de Laceros de Oaxaca hasta la unidad del Seguro Social que le toca le saldría hasta en 80 pesos, por lo que su economía no le permite hacer ese gasto.
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Pide al Gobierno de la Ciudad de México que la aseguradora también le cubra el automóvil, ya que cuando acudieron a censar sus pérdidas no tomaron el cuenta el carro.
Por lo pronto, mantiene el cofre y las puertas abiertas, para que se sequen y "vea pues qué puedo hacer con esto".
aov/cr