Temoaya, Méx.— La crisis económica que ha provocado la pandemia de Covid-19 también afectó a los fabricantes de piñatas en el municipio de Temoaya, quienes a unos días de que inicien las posadas y las fiestas decembrinas prácticamente no han vendido los productos que elaboran de manera artesanal.

Por la falta de ventas, Ángel Fidencio, uno de los artesanos, ha tenido que dedicarse también a atender un negocio de talachas para sobrevivir.

“En otros años, por estas fechas ya habíamos vendido como unas 500 o 600 piezas de las chiquitas y como 100 de las grandes, hoy en día hemos vendido unas 50 chiquitas a lo mucho, grandes todavía no; han pasado a preguntar pero nada más”, cuenta.

Aunque los materiales con los que fabrican las piñatas han subido de precio, ellos decidieron comercializarlos igual que el año pasado, para que sus clientes les compren, pero hasta ahora eso no ha sucedido.

“La piñata chica de cinco picos es de 35 pesos por pieza y por mayoreo la estamos dejando en 28 pesos. Es un precio muy bajo, pero lo que queremos es sacar la inversión, ya es muy poco lo que se le gana, pero qué le hacemos”, relata el artesano.

Las iglesias formaban parte de sus clientes habituales y durante esta época de fin de año los párrocos acudían al municipio mexiquense para adquirir piñatas con las que adornaban los templos para las festividades religiosas, pero en esta ocasión no ocurrirá así.

“Aquí en Toluca la Diócesis ya dio la orden de que se cancelan las posadas. No va a haber esa festividad, aquí se celebran mucho las posadas, se junta un promedio de 100 personas y sí nos consumen de cinco a seis piñatas por casa que celebra cada posada, pero ahora, como ya se suspendieron, pues ya no venderemos lo que vendíamos antes”, dice.

En años anteriores acudían a Temoaya clientes provenientes de otras ciudades a comprar los productos artesanales, pero este 2020 la situación será distinta.

“Yo tenía clientes que venían de Guadalajara, Puebla, Ciudad de México y hasta de Guanajuato. quienes se llevaban hasta 200 piñatas chicas y 50 grandes, pero esta ocasión me han dicho que no vendrán porque la situación por allá con el Covid-19 está difícil también”, detalla.

Por la caída de las ventas, los productores han decidido guardar para el siguiente año algunas de las piñatas que fabricaron en sus talleres.

“Si no hay movimiento, las guardamos para el siguiente año. Todos los que nos dedicamos a hacer piñatas estamos igual, muchos ya no hicieron este año, otros apenas van a empezar en unos días, a ver cuántas alcanzan a hacer, pues si no salen este año, se guardan, qué le vamos a hacer”, comenta Ángel.

Un negocio de talachas es la fuente alternativa de ingresos de Ángel, quien ha dedicado 25 años de su vida a la fabricación de piñatas, actividad que este año enfrenta una situación difícil, como todos los comercios en el país.

“La esperanza que tenemos es que al iniciar diciembre podamos vender algo [de nuestra mercancía], que nos echemos la mano unos con otros, que consuman lo local, lo que hacemos en México”, pide el artesano.

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