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Como si se tratara de una imagen apocalíptica o de un capítulo de The Walking Dead, ayer la Ciudad de México amaneció con sus calles, parques y plazas semivacías.
Aunque en mercados públicos, tianguis y centros comerciales, que registraron baja afluencia, ya empezaron a escasear alimentos como el arroz, frijol y el papel de baño, entre otros productos.
Desde temprano, las avenidas San Fernando, Eje Central, Tlalpan e Insurgentes registraron poca o nula circulación, tanto vial como de personas.
Incluso, los metrobuses que corren de Insurgentes a Indios Verdes, o de Xola a Tenayuca, lo mismo que las 12 líneas del Metro, a diferencia de ocasiones anteriores, donde van llenos de gente, este domingo iban vacíos o semivacíos.
Afuera de los hospitales en San Fernando y calzada de Tlalpan, había una gran cantidad de gente en espera de la visita familiar, pero anoche las autoridades endurecieron los filtros de seguridad y existe la posibilidad de suspender las entradas no esenciales.
Situación crítica
Sin embargo, para los pequeños comerciantes el panorama es sumamente desolador, pues doña Lupita, que durante años ha tenido su puesto de tamales en la zona de hospitales de Tlalpan, hasta las 10:00 horas sólo llevaba vendidos 20 tamales, desde las 6:30 horas que llegó, “cuando en otros domingos para ahorita ya vendí un bote con 100”, dice con un profundo suspiro.
Mientras que los pequeños cafés, los comedores que viven al día en esta área venden sólo alimentos para llevar o, en su caso, simplemente cerraron al no existir clientela que les consuma.
Cosa contraria ocurre con farmacias y simiconsultorios, los cuales están a reventar. Mucha es la población que atemorizada por una simple gripe, tos o malestar del cuerpo y garganta acude a estos negocios con la esperanza de encontrar una cura o descartar que se hayan contagiado del temible Covid-19.
Estas pequeñas farmacias con consultorios que cobran 50 pesos por la consulta han su agosto en marzo, pues ante la escasez de paracetamol, ibuprofeno, amoxicilina con ácido clavulánico, ofrecen otros productos, con el argumento de que “es el mismo compuesto, pero diferente nombre o laboratorio”, argumentan a los necesitados capitalinos para cerrar la venta.
Un paciente gasta entre 300 y 500 pesos por tratamiento para combatir enfermedades respiratorias, cuando en realidad lo que sufre es gripe, sin aceptar que corre el riesgo de agravar su situación si no ingiere el medicamento indicado.
Mientras que en mercados públicos como el de Portales, el Benito Juárez, de Villa Milpa Alta o del tianguis de avenida Imán, a un costado de Ciudad Universitaria, en Coyoacán, registran una baja afluencia, pero la gente que acude a ellos, sobre todo de la tercera edad, van sin cubrebocas y el mínimo cuidado que recomiendan las autoridades sanitarias.
Aunque en las calles aledañas a estos lugares, como ocurre en muchos otros puntos de la capital, no se ve a alguien caminar por ellas y muy esporádicamente circulan vehículos. Incluso, centros comerciales del sur de la Ciudad están sin clientes, como es el caso del Chedraui de la colonia Espartaco.
Iglesias lo mismo que deportivos, destacan por ser lugares que todos los domingos están llenos de creyentes y deportistas. Pero ahora, en estas instalaciones nadie se para.
Las pocas personas que caminan por las solitarias vialidades, los mismos se movilizan en el transporte público, aseguran que este martes entrará la fase 3 de la contingencia, “con lo que ahora sí nos quedaremos encerrados en nuestras casas, por eso es que venimos a surtir la despensa”, dice don Jesús González, vecino de Portales.