Trabajadores del Mercado de La Viga, en la alcaldía de Iztapalapa, padecen escasez de agua y prevén que se agudice la demanda con la época de calor y sequía. Hasta el momento pagan de 70 pesos por tambo hasta mil 800 por el servicio de pipas. Llegan a adquirir hasta tres camiones a la semana.
El Sistema Cutzamala redujo la cantidad de agua que envía a la Ciudad de México, porque las presas están en su nivel más bajo de almacenamiento histórico, lo que ha repercutido en que disminuyan los litros que abastecen a la capital, que son 27% del total. Si bien las autoridades capitalinas han realizado acciones para paliar la baja en el suministro, varias zonas lo resienten.
Durante un recorrido que realizó EL UNIVERSAL por dicho mercado se observó que los negocios de venta de mariscos tienen más de dos tinacos, así como tambos y bidones listos para el almacenamiento del agua, y es que es recurrente ver a triciclos con tambos de agua, o carritos que transportan garrafones de agua potable y bidones con el líquido, que a decir de los comerciantes es utilizado para limpieza de negocios y alimentos.
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Don Jorge Luis, encargado del restaurante El Pulpo, dijo que al día se compran dos tambos, “ya van 15 días que no hay agua constante como antes. Antes ponían un ratito al día el agua, pero ahorita de plano no y a lo mucho nos dejarán llenar un tambo”, acotó.
Agregó que hay triciclos que transportan garrafones y así dotan a los comerciantes de agua. “Sin agua no se hace nada, porque hay que lavar sillas, muebles, mesas, hasta lavarse las manos, para el baño también se ocupa”.
“Yo creo que van a tener que hacer pedidos por adelantado, porque ahorita ya el del agua de tomar dijo que no tiene agua y ya van tres pedidos que no llegan. O cambiar de proveedor o pedir antes”, aseguró el locatario.
En tanto, Ernesto Santiago, dueño de un almacén de pescado, recorrió el Mercado de La Viga con un diablito y su tambo en busca de agua. “Aquí en Iztapalapa nunca hay agua, siempre es lo mismo. Y si las cosas están mal, se pondrá peor”, remarcó.
Anotó que prevén que suba más el líquido, que en promedio llega a estar a 70 pesos el tambo. “Dos veces a la semana viene una pipa, otras hay que buscarla donde se pueda (...) Tenemos hasta tres tambos y una pileta que vamos llenando de poco a poquito”, concluyó.
Se alistan para estiaje
El sector empresarial alista medidas preventivas para enfrentar la temporada de estiaje que se avecina con acciones que abonan al aprovechamiento y ahorro del agua. Aunque hay negocios que ya comienzan a sentir los estragos de la escasez del líquido en la Zona del Valle de México derivada de la disminución del caudal del Cutzamala.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente de la Asociación de Hoteles de la Ciudad de México, Rafael García, sostuvo que la afectación es aún mínima, principalmente en aquellos negocios que tienen cisternas pequeñas.
“Realmente para nosotros no ha sido un problema grave aún, porque la mayoría de los hoteles tienen cisternas de buen tamaño, y estamos tomando medidas para ahorrarla”, dijo.
Remarcó que entre las acciones de precaución para el ahorro del agua que está implementado el sector hotelero en la urbe es que están revisando que las instalaciones no tengan fugas, colocando recordatorios a los clientes para que cuiden el agua y que el personal a la hora de hacer la limpieza consuman el mínimo del líquido.
¨Por el momento, “todo lo que es jardinería, lavado de equipos especiales, se están atendiendo una vez al mes, a la quincena. Hemos cambiado infraestructura, por ejemplo, cambiar tazas grandes a de menor tamaño. Estamos esperando la parte difícil, marzo, abril y mayo para estar preparados”, acotó.
Indicó que se realizará una encuesta entre los gerentes de los hoteles de la Ciudad de México a fin de planear medidas para el ahorro del agua, así como un plan para conseguir pipas de manera frecuente, en caso de que se agudice el desabasto en la capital.
“Estamos solicitando a la gente en habitaciones que en la medida de sus posibilidades no tiren agua, que cierren llave cuando se laven los dientes, que la ropa que no usen la dejen colgada y esa ropa no se lava, porque el cliente considera que está limpia, sobre todo cuando están dos o tres días, y si se van, pues sí se tiene que cambiar todo”, explicó.
Eduardo Daniel Contreras, enlace empresarial de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México, coincidió en que la escasez aún no afecta a todo el sector comercial, aunque sí vislumbra la problemática que enfrentarían, por lo que alistan acciones para enfrentarla.
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