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Toluca, Méx.- La estancia infantil “Instituto Chan Paal” que depende del subsidio de la Secretaría de Bienestar, antes Sedesol, permanece en la incertidumbre, los recursos con que cuenta provenientes del pago de colegiaturas completas por parte de los padres de familia apenas alcanzarán para operar hasta marzo, de ahí en adelante la directora María de los Ángeles Gómez no sabe su destino.
Actualmente esta escuela localizada en Toluca, cuenta con 35 alumnos inscritos, es la mitad de lo que cada curso escolar recibía, pero a partir del mes de diciembre, cuando inició el retraso en la recepción de los recursos federales, la directora buscó opciones para asumir la manutención y no despedir a su personal, inicialmente tomó un préstamo bancario que sigue pagando; por lo que a partir de febrero, comenzó a cobrar colegiaturas completas que oscilan en los mil 500 pesos, dependiendo del servicio.
“tenemos realmente una plantilla baja por la situación que estamos atravesando. Para nosotros está siendo realmente difícil la manutención por la disminución de los ingresos”, explicó.
Detalló que anteriormente recibían 950 pesos por cada niño inscrito al mes, sobre el cual debían entregar una serie de registros y reportes que demostraran su avance en materia educativa, en habilidades sociales, lingüísticas y otros. Sin embargo, con el atraso del dinero no tienen los recursos suficientes para el pago de nómina, teléfono y agua.
“Los padres son quienes realmente llevan el impacto directo con esta situación, porque nosotros trabajamos realmente con personas de escasos recursos y debieron absorber la totalidad del costo de la escuela, si antes pagaban sólo 600 pesos, por ejemplo, ya no es tan fácil porque deben desembolsar hasta mil 500 pesos, dependiendo los horarios porque la mayoría de las estancias trabajan sólo ocho horas, en nuestro caso brindamos servicio hasta las 20:00 horas”, precisó.
Dijo que en la estancia apoyan a los padres con los alimentos, pagan un seguro de gastos médicos que cuesta hasta 5 millones de pesos para atender cualquier riesgo de salud de los alumnos, pero se estima que cada menor cuesta mensualmente a la institución mil 700 pesos.
La corrupción no está en las estancias
La directora platicó que recibían dos auditorías sorpresa mensuales por parte de la Secretaría responsable del programa, personal que sin previo aviso llega desde las 08:00 de la mañana y podían pasar todo el día revisando los libros, además una del DIF estatal, otras del DIFEM y la contraloría social que está conformada por padres de familia, quienes tienen como función asegurarse que la estancia cumple con el menú, las metas de desarrollo infantil y otros requisitos estipulados en las reglas de operación del programa.
“Nosotros sí tenemos un reglamento interno, pero estaba muy controlado para nosotros el esquema y no había forma de burlar las reglas. Si te dicen que había más niños reportados en las estancias es imposible, porque por ley no podíamos recibir más de 60, porque hubo una reforma después del incidente en la Guardería ABC, que nos impedía rebasar esa cifra”, especificó.
Relató que incluso en años pasados, contaba con la capacidad para atender 180 menores, pero SEDESOl (la Secretaría de Bienestar) no ratificaba los permisos de trabajo.
La estancia no es una guardería
Por otra parte, sobre la función de la estancia en los niños, comentó que además de cuidarlos de uno a los cuatro años, cuando deben pasar a la siguiente etapa educativa les imparten un a serie de cursos y talleres que les permite llegar más preparados al preescolar que es desarrollo cognitivo, lateralidad, desarrollo de la primera infancia, con base en el método Montessori
En esta estancia son ocho educadoras capacitadas cada año en diversas técnicas como la expresión y apoyarlos a ser autónomos, pero aún con su especialización no tienen seguro su empleo. “No quiero despedir a mi personal todavía hasta que sepamos con claridad cómo vamos a operara, por que la información de cómo va a recibir el padre de familia el apoyo aún no está clara y no estamos en desacuerdo con no recibirlo directamente, pero no sabemos si los papás van a decidir pagarlo a la escuela”.