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La Ciudad de México ocupa el primer lugar en denuncias telefónicas por incidentes de acoso, hostigamiento sexual y violación, y el cuarto lugar en incidentes de abuso sexual. El sociólogo Felipe Gaitán considera que estas denuncias se deben a que las mujeres tienen más confianza en las leyes capitalinas que en otros estados del país.
“En la Ciudad de México se ha avanzado en los derechos generados en temas de protección a la mujer, incluso se han hecho espacios reservados en el transporte público para ellas y al sentirse protegidas una respuesta inmediata es usar mecanismos como el 911 para denunciar y hacer que proceda”, comentó el especialista de la Universidad La Salle.
“La mayoría del acoso u hostigamiento sexual se lleva a cabo en el transporte público y en la vía pública, porque ahí se genera en anonimato, a pesar de que hay cámaras con las que se puede identificar a los agresores, esta gente imagina que hay impunidad para ejercer este tipo de violencia”, declaró Gaitán.
Explicó que a pesar de que la Ciudad de México está en primer lugar en denuncias por estos delitos, no significa que sea el estado con mayor violencia sexual, pues hay otras entidades, como en la periferia de la capital del país, donde incluso hay alerta de género, pero que no son denunciados debido a que no hay confianza en las autoridades.
Entidades con más denuncias
De acuerdo con las estadísticas, en el país durante 2017 se reportaron 4 mil 415 denuncias telefónicas por incidentes de acoso u hostigamiento sexual, siendo los primeros lugares Ciudad de México, Chihuahua, Veracruz, Baja California y Sonora. Y las principales víctimas son mujeres de 13 a 29 años.
“Las mujeres se están empoderando y están haciendo cumplir sus derechos, pero los hombres también tienen más cuidado en la Ciudad de México. A través de los derechos que se han instaurado, todos estamos tomando conciencia, pero el mecanismo de denuncia y previsión en todo el país aún nos falta mucho”, comentó el especialista.
Sin embargo, hay una cuestión sobre el cortejo, pues algunos hombres consideran que está situación de empoderamiento ha ocasionado que sea más difícil ligar a las mujeres y en algunas ocasiones se confunda con acoso sexual; pero Felipe Gaitán considera que hay fronteras muy delgadas, por un lado el empoderamiento de la mujer y por otro saber hasta dónde está el límite entre ligue o acoso.
“Hay una discusión de hasta dónde es un acoso y hasta dónde puede ser otro tipo de cosas, principalmente con el piropo, que se supone es muy romántico, un halago hacía la mujer, pero en realidad son actitudes violentas; al decirlo implica ya una violencia porque está invadiendo un espacio íntimo y privado, porque no se está pidiendo la opinión, ya hay una agresión y muchos dirían que es parte de nuestra cultura y una forma de cortejar, pero no, es una forma agresiva, cualquiera que sea, aún cuando llegue alguien y le diga algo bello, un poema, está invadiendo un espacio privado”, comentó el experto.
Expuso que este tipo de agresión empieza con el tema de hablarle a alguien e intentarlo tocar, pasando por el acoso de seguirla para saber quién es, pero consideró que hay formas en las que se puede generar este acercamiento con estas personas, “no necesariamente debe ser a través de violentar su espacio íntimo y menos su espacio privado”.
Proceso de duelo
En las últimas fechas se han dado a conocer algunos casos de personas que han sufrido violación en todo el mundo, en México durante 2017 tres mil 576 víctimas denunciaron este delito, de ellas 18.9% son de la Ciudad de México; sin embargo, la gente que decide denunciar este tipo de casos ya pasaron por un duelo, es decir que el delito pasó hace algunos años.
“No es fácil denunciar, porque en principio hay un shock emocional, sobre todo con el cuerpo, porque finalmente es una invasión a una intimidad de la persona, se siente ultrajada, se siente culpable con ella misma, se siente exhibida con su familia, ante las autoridades que la victimizan doblemente.
“Pero muchas de las denuncias que se han dando últimamente son denuncias a posteriori, son mujeres que han pasado procesos de duelo, de maduración, de tratar de jugar entre la memoria y el olvido, pero son casos de hace 10, 15 o 20 años”, detalló el sociólogo.
Agrega que en el caso de víctimas recientes, la denuncia es más complicada, pues tendrán que pasar el proceso de duelo, ya que hay un shock emocional y un encierro sobre sí mismas, como una forma de protección; además de que con la estigmatizacicon por parte de la familia o del grupo de amigos y de la autoridad se sienten más vulnerables.
“Yo dudaría mucho en el caso de muchas mujeres que han sido agredidas en este momento, que denuncien. Si bien el fenómeno de la denuncia se ha dado de manera importante, sí hay una característica, que denuncian procesos que ya pasaron muchos años y son víctimas que ya pueden enfrentar ese tipo de cosas y lo pueden decir de manera abierta”, concluyó Felipe Gaitán.