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Avasallar o no avasallar fue el tema que se repitió una y otra vez al instalarse el primer Congreso de la Ciudad de México, un hecho histórico, en el que Morena mostró su amplia mayoría con ayuda del PT y PES y de paso recibió el guiño del Partido Verde para tener su apoyo, con lo cual podrían alcanzar por sí solos mayoría calificada de 44 diputados.
Desde antes de las 9:00 horas llegaban los invitados, incluida la jefa de gobierno electa, Claudia Sheinbaum, quien al entrar al recinto acaparó la atención al saludar a todos los diputados, mientras que los morenistas le echaban porras.
Detrás de ella entró el actual mandatario José Ramón Amieva, quien sólo presenció la instalación y no se quedó a comparecer con motivo del 6to Informe de Gobierno, el cual entregó por escrito Guillermo Orozco, secretario de Gobierno.
Amieva rompió la tradición de esa especie de “día del jefe de Gobierno”, donde además el PRD movilizaba cientos de simpatizantes afuera del recinto para apoyar a los mandatarios; ayer sólo fueron unos 20 simpatizantes del PAN y Morena.
El habitual operativo salió sobrando y los 300 policías capitalinos desplegados tuvieron un día de campo; sólo unos activistas se manifestaron en paz contra las corridas de toros.
En el interior, también se declaraba la entrada en vigor de la Constitución de la Ciudad de México.
Alejandro Encinas, diputado local morenista y ex presidente de la Asamblea Constituyente, entregó el documento al ahora petista Jesús Martín del Campo, ex líder del movimiento estudiantil de 1968, y aseguró que “inicia una nueva era política en la ciudad que garantice la dignidad y los derechos de los capitalinos.
Luego PRI, PRD y PAN comenzaron a medir fuerzas con Morena al pedir que no vaya a actuar como una fuerza autoritaria al tener casi mayoría calificada con sus aliados.
“Somos mayoría por un avasallante voto popular, en eso somos avasallantes, pero no vamos a repetir el mayoriteo y agandalles de la pasada legislatura”, respondió en tribuna Ernestina Godoy, coordinadora de los legisladores morenistas, quien generó aplausos.
Pero horas antes, los diputados que gritaban “¡Es un honor estar con Obrador!” anunciaron, en la reunión privada para definir la Mesa Directiva, que Morena ya no tenía 37 sino 34 diputados.
Uno pasaba al PES para poder conformar una bancada y dos pasaban al PT, lo mismo que Leonor Gómez, que renunció al PRI y con ello el Partido del Trabajo se colocó como tercera fuerza.
“Fue un robo de base y ni nos dimos cuenta”, se inconformó Tonatiuh González después de la sesión sobre el caso de Gómez.
El líder de la bancada tricolor acusó a Morena de “una compra de diputados al por mayor” y de una incongruencia pues dicho partido ha cuestionado esa práctica en otros estados.
“Decían que no querían avasallar, pero ya lo están haciendo”, reclamaba al término de la sesión Jorge Gaviño, coordinador del PRD, y junto a los líderes de la bancada panista se retiró.