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El 19 de septiembre de 2017 es una fecha que la mayoría de los habitantes de la Ciudad de México recuerda con temor .
De acuerdo con un reporte especial emitido por el Servicio Sismológico Nacional , aquel día el temblor fue de 7.1 y se localizó en el límite estatal entre los estados de Puebla y de Morelos .
El movimiento telúrico ocurrió a las 13:14:40 horas, fue “sentido fuertemente en el centro del país” y tuvo, hasta las 18:00 horas de ese mismo día, un total de seis réplicas, indicó el SSN en ese documento con fecha de elaboración del 25 de septiembre de ese año.
En un ejercicio realizado por EL UNIVERSAL , lectores contaron sus vivencias durante el gran temblor, he aquí algunas de ellas:
“Agradezco que no me arrebataran nada”
Una usuaria, identificada como Gwen Pacheco , contó que se encontraba trabajando en un call center cerca de Revolución y que ese día “ni siquiera hicieron el simulacro con el pretexto de que los agentes no se podían desconectar. Cuando empezó a temblar mucha gente se atoró en las puertas de vidrio del piso de trabajo.
“A un compañero le cayó una lámpara en la cabeza y le abrió la ceja
. Una mujer se tiró en las escaleras, por lo que no pudimos bajar. Yo pensé que íbamos a morir ahí. Sólo pensaba que no quería morirme en el trabajo, (pensaba) en mi hermano, en mis papás, en mis perros”, escribió a El Gran Diario de México .
Señaló que en ese instante abrazó a uno de sus compañeros de trabajo y que comenzó a llorar mientras repetía: “Nos vamos a morir, nos vamos a morir" .
“Él (su compañero) me consoló lo mejor que pudo hasta que paró (el sismo). Salimos y nos dimos cuenta de que se habían tronado varias ventanas. Afortunadamente pude escribirle un whats a mi familia y la respuesta fue casi inmediata”, contó Pacheco.
Sostuvo que no le importó cuánto tardaría o si llegaría ese día a su hogar, pues lo único que le quería era que su familia estuviera bien y acotó que tuvo qué esperar tres horas para que la dejasen pasar por sus cosas a su oficina.
“Al entrar vi que todas las paredes, pura tablaroca, estaban quebradas. Las lámparas se habían caído. Todos estábamos impactados. Empezaron a llegar los videos, las noticias. Llegué a General Anaya a las seis de la tarde. Ahí estaba mi mamá y mi papá, sobreviviente del 85. También llegó mi hermano.
“Cuando nos vimos no pudimos más que abrazarnos y llorar. Mucha gente perdió todo ése día. Yo agradezco que no me arrebataran nada” , finalizó.
Foto: Captura de pantalla
“Ese día se notó la unión y la fraternidad”
Otro usuario, identificado como Pepe Toño Segura , señaló que él se encontraba laborando en las periferias de Taxqueña y que todo transcurría con normalidad “hasta la hora del simulacro”.
Contó que se dedica a trabajar en un tianguis y que, como cada martes, estaba repartiendo pedidos a cocinas económicas y casas de la zona.
Señaló que se dispuso a cargar su diablito para realizar sus entregas y que caminó cerca de 20 minutos a su primer parada cuando notó algo raro.
“Por más que jalaba el diablito no avanzaba con normalidad.
Me quité los audífonos y en eso vi correr a (la) gente a lo largo de la avenida Miguel Ángel de Quevedo, y los que viven por ahí saben que el Bancomer de esa zona […] salió muy dañado, tenía una grieta de arriba a abajo. Mucho caos, muchas noticias tristes”, escribió a este medio.
Añadió que tardó en llegar a su lugar de trabajo cerca de dos horas y media, que fue “un día fatídico”, pero que se notó “la unión y la fraternidad”.
Foto: Captura de pantalla
“El miedo que sentí ese día nunca se olvida”
Una tercera usuaria de nombre Mary Jane Medina señaló que el miedo que sintió el día del temblor no lo olvida y que estaba sola en casa, en su patio.
“El miedo que sentí ese día nunca se olvida, estaba solo (sola) en casa. Gracias a Dios que estaba en (el) patio, pero todo tronaba y lo que nunca se olvida es la solidaridad de los mexicanos, la ayuda que nos dimos casi al momento”, señaló.
Foto: Captura de pantalla
“Un compañero perdió a su niña en el Rébsamen”
Otra usuaria, identificada como Mary JS, contó lo siguiente: “Lo mal que la pasamos todos ese día, y saber que un compañero perdió a su niña en el colegio Rébsamen . Jamás me imaginé la magnitud del sismo, ya que me tocó estar en Santa Fe. Hasta que venía de regreso vi edificios caídos, humo por todos lados”.
Foto: Captura de pantalla
etp