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Cansados de los robos, la inseguridad y el miedo con el que se vive todos los días en los pasillos de la Central de Abastos (Ceda), estibadores, locatarios y empleados lincharon a un presunto ladrón, al que aseguran tenían plenamente identificado, que operaba en los pasillos de frutas y legumbres. El ahora occiso, dicen, apenas el martes había robado las ganancias de un locatario y a un cliente en el mismo sector.
Según el reporte de las autoridades, el incidente ocurrió poco después de las 7:00 horas en el pasillo 2-WX, cuando el presunto delincuente junto con otros dos —que se dieron a la fuga— ingresaron y con armas de fuego amagaron a los empleados de un local de la venta de plátanos; éstos empezaron a forcejear y a gritar pidiendo ayuda.
En ese momento, según testigos, los estibadores que abarrotaban el pasillo dejaron sus “diablitos” y se abalanzaron contra los delincuentes, dos lograron escapar; sin embargo, un joven de 22 años de edad quedó rezagado y fue quien recibió la golpiza hasta quedar inconsciente. Para cuando llegaron paramédicos y policías ya no tenía signos vitales.
“Fueron como 10 quienes lo agarraron a patadas. A ese chavo ya lo tenían ubicado porque apenas el martes robó aquí mismo, él y otros dos que vienen del Estado de México son los que han estado robando en estos pasillos. La gente se cansó, ya hablamos y dijimos que entre nosotros nos vamos a ayudar.
“Los policías ni cuenta se dieron, tardaron como 20 minutos en llegar, ya cuando el chavo estaba muerto. Si te fijas, justo ahí arriba donde lo patearon hay una cámara de vigilancia pero dicen que no sirve, todo eso lo saben estos ratas y por eso se aprovechan, saben eso y que en toda la Central hay como 10 policías”, contó en anonimato uno de los locatarios que atestiguó el linchamiento.
En ese pasillo se aprecian por lo menos dos cámaras de seguridad, las cuales a decir de los propios locatarios no sirven, mientras que los robos siguen en aumento. Ahora ellos mismos han instalado en todos los locales circuitos cerrados de seguridad, de esa manera entre ellos difunden los rostros de quienes sólo llegan a la Ceda para robar.
Los locatarios identifican a dos grupos de delincuentes que operan aquí. El primero se dedica exclusivamente a robar a clientes, para esto utilizan bodegas y locales semivacíos donde les quitan todas sus pertenencias, principalmente celulares, relojes, mochilas, bolsas y dinero.
A través de las cámaras de seguridad que los propios empresarios han colocado se observa cómo los delincuentes seleccionan a su víctima y cuando está cerca de uno de estos lugares vacíos, uno llega por detrás y le hace una llave conocida como “mataleón”, ejerce mucha pasión en el cuello y en sólo ocho segundos lo deja inconsciente.
Mientras el delincuente lo trata de asfixiar, llega otro y lo agarra de los pies y lo meten a la bodega. Ahí lo espera un tercero que de inmediato le quita todo lo de valor. Este trabajo se hace en un máximo de un minuto, todo está tan coordinado que nadie se da cuenta y quienes se percatan, hacen como que no ven nada.
Un minuto después, cuando la víctima reacciona, se da cuenta que está en el suelo y sin sus pertenencias. Aún desorientado intenta pedir ayuda y al no encontrarla, mucho menos ver a un policía, mejor se retira.
El otro grupo de delincuentes se dedica al robo de las ventas del día. Usan armas de fuego y están en prácticamente todos los pasillos, aprovechan el descuido o el ajetreo de la mañana para robar. En esta modalidad se han registrado este año 10 eventos, hasta que los empleados y locatarios se cansaron y mataron a golpes a uno de los responsables.
Un policía que hacía rondines en el pasillo de abarrotes reveló que en toda la Ceda mandan apenas 50 policías, cifra insuficiente para los miles de clientes que a diario llegan.