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Recorrer 913 kilómetros, la mitad de ellos a pie y la otra en autobús no fue impedimento para que Tania Cázares de 25 años viajara a la Ciudad de México con su familia para dar gracias a la Virgen de Guadalupe por tener salud y mantenerlos unidos.
“Es una experiencia mágica estar ante la Virgen, es la primera vez que venimos todos juntos por mi familia, después de muchos años cumplimos una promesa que mi madre hizo antes de que yo naciera”, dijo.
Un manto de color verde con estrellas doradas y una túnica rosa fue la indumentaria con la que Tania entró a la Basílica, escuchó la misa de mediodía y se acercó a comulgar. Después de comer la hostia se acercó a las bancas más cercanas al altar, oró por largo tiempo; luego fue a contemplar el ayate de la Virgen.
Tania lamenta que en la actualidad los jóvenes no crean en nada
y que la fe por la Virgen de Guadalupe no sea tan fuerte como en las personas más adultas. “Sólo le rezan cuando se acuerdan de ella, cuando le quieren pedir algo, no tienen disciplina”, dijo.
En México, hasta 2010 había 84 millones de católicos, mientras que 10 millones profesaban otra religión y 4 millones decían no pertenecer a ningún credo religioso, según cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). Una encuesta realizada por Parametría en 2015 señalaba que 83% creía en la Virgen de Guadalupe.
Especialistas advirtieron que si bien la mayoría de la población aún es católica entre los jóvenes la religiosidad es “débil”, la falta de una oferta religiosa para los jóvenes, los preceptos considerados por esta población como “estrictos” y el poco acercamiento de la Iglesia Católica ha generado que este sector se interese por otros credos religiosos.
Para Elio Masferrer, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), resaltó que el número de católicos en el país ha ido disminuyendo a través del tiempo y aunque el 80% de la población aún se identifique con esta religión, 20% ha optado por otras opciones; resaltó que este sector no es tan devoto de la Virgen de Guadalupe, pero en su lugar se sienten más identificados con figuras como San Judas Tadeo o incluso la Santa Muerte.
“La juventud ve mucha hipocresía en las instituciones católicas, además de que no ven una propuesta para ellos, no hay una oferta social para los problemas que afectan a los jóvenes. No quieren que les digan que sí a todo, si quieren orden pero también que los escuchen”, dijo.
Explicó que aunque la población juvenil tiene una creencia religiosa, consideran a figuras como los sacerdotes ajenos a ellos. “Los jóvenes se han alejado de la fe católica, van a credos más atractivos, como los cristianos evangélicos que tienen estrategias como conciertos de música para atraerlos”, resaltó.
Jorge Traslosheros, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, indicó que hay un fenómeno generalizado en la población de pérdida de tradiciones, en especial en los jóvenes. Aclaró que mientras en contextos más populares donde hay mayor integración entre la comunidad como en Xochimilco y Milpa Alta, o en provincia donde aún se ven expresiones como peregrinaciones de ciclistas conformadas por jóvenes.
Sin embargo, -indicó- entre los jóvenes con mayores estudios, la creencia en la Virgen de Guadalupe disminuye. Enfatizó que la Iglesia Católica no ha podido comunicarse con los jóvenes “no comprende el lenguaje de la juventud”, señaló.
Jorge Navarrete Chimés, director general del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), comentó que la práctica religiosa entre los jóvenes es muy débil, puesto que prácticamente no participan en las misas, sólo profesan su fe cuando “quieren pedir un favor o están en problemas”.
Advirtió que aunque los jóvenes siguen creyendo en algo, sus formas de expresar su religiosidad son muy complejas, porque están cambiando su manera de comunicarse; destacó que la Iglesia debe cambiar sus estrategias y la forma de acercarse a este sector, a través de la comprensión de sus problemas.
Tania consideró que los jóvenes no tienen disciplina para profesar una religión, que sólo se acuerdan de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre. “Creen que con participar en una peregrinación ya es suficiente, pero no es así, hay que darle gracias todos los días”.
La joven de 25 años explicó que su caracterización como la Virgen de Guadalupe se debe a que su madre se lo prometió. “Mi madre no podía tener hijos, entonces le prometió a la virgen que si le hacía el milagro de tener uno acudiría a la Basílica para darle las gracias”.
Detalló que la promesa tardó en cumplirse debido a que se atravesaron sucesos como la muerte de su padre, la pérdida de empleo de su madre que impidieron a la familia visitar a la Virgen de Guadalupe en su recinto.
cg