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Después de sostener una reunión en las oficinas del Gobierno de la Ciudad de México, la disputa por el control del Departamento de Bomberos entre el líder sindical de la institución, Ismael Figueroa, y el director general Raúl Esquivel, llegó a su fin. Ambos acordaron respetarse, dejar de acusarse y ponerse a trabajar en beneficio de la ciudadanía.
La reunión fue convocada por el secretario particular del jefe de Gobierno, Luis Ernesto Serna, quien urgió a ambas partes a terminar con sus conflictos personales.
“Nos pide a nombre del jefe de Gobierno que sigamos trabajando como hasta ahora, los servicios se están cubriendo; por el sindicato no tiene ningún problema.
“Lo que dice el sindicato es que estamos trabajando, estamos tranquilos y seguiremos; la Ciudad está segura porque los bomberos seguimos laborando”, indicó Figueroa.
El líder sindical tiene una investigación abierta en la Fiscalía de Servidores Públicos por los delitos de usurpación de funciones y desalojo por el conflicto con el jefe Vulcano.
Las diferencias entre la Dirección y el Sindicato de Bomberos se recrudeció en noviembre pasado, cuando Raúl Esquivel, el jefe Vulcano, no pudo entrar a su oficina por el presunto retraso en la liberación de recursos por parte de la Secretaría de Finanzas para pagarle a los trabajadores de limpia.
En esa ocasión, Esquivel levantó la voz y acusó al líder del sindicato de Bomberos, Ismael Figueroa, de negarle el acceso a sus oficinas.
“No hay ningún paro, no hay ninguna actividad, no se la he prohibido la entrada, él sigue trabajando, sigue despachando y seguimos laborando”, añadió el secretario sindical.
Raúl Esquivel se comprometió a dejar los dimes y diretes y volver a sus labores; aseguró que también dejaría de hacer descalificaciones.
“Que bueno que el Gobierno capitalino metió las manos; lo que pido es que sólo me dejen trabajar. “Quedamos que cada quien se va a quedar en sus áreas, cada quien hará lo suyo por el bien de la ciudadanía”, comentó el jefe Vulcano después de la reunión.