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Clínica de Periodismo
Frente al edificio de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, a un costado de un árbol navideño de 10 metros de altura, Martín Arias, junto con su esposa y dos hijos, patina sobre la recién instalada pista de hielo en la renovada Glorieta de Insurgentes desde temprano.
Martín de 55 años, supo de este lugar una noche anterior, mientras escuchaba la radio, un spot gubernamental en el que también se mencionó que estaría la Feria de Adopción Canina, y decidió acudir entonces con su familia.
Desde las ocho de la mañana comenzó con sus actividades en su casa en la delegación Álvaro Obregón, y “de ahí para acá me traje a mi familia para ver si queríamos adoptar a un perro, pero ya ves que también pueden traer a Frida y hacer un espectáculo”, dijo.
Lamentó ver apenas una plataforma cuando llegó, por donde, más tarde, se pasearían diferentes razas caninas.
Martín le dijo a su familia que sería buena idea probar con la superficie congelada de 400 metros, “es más pequeña que la del zócalo, vamos a ir después, pero uno viene a aprender y a divertirse un rato”. En cambio, su hijo mayor, apenas un niño de 11 años, ya circula por toda la pista, con trabajo, pero con mayor libertad, mientras él le sigue el paso aferrado del barandal.
Claudia, su esposa, duró unos minutos arriba, “pero mejor bajarme porque no estoy hecha para estas cosas, me da miedo porque siento que me voy a caer”, dijo sentada en una banca al tiempo que esperaba a su familiares salieran de la pista. No es el caso de Edwin, que se deslizó durante 40 minutos, un turno, sin ninguna dificultad de un extremo a otro en diagonales o en círculo.
Él fue uno de los primeros en ingresar a la pista de hielo, y así como con Ulises, coordinador del lugar, ha asistido a las anteriores ediciones en que se presenta la pista del Zócalo porque le gusta y sabe patinar.
Ulises comentó que, aunque esta pista no es muy espaciosa, se cuenta con algunos accesorios para los niños, como focas. El acceso para los menores de edad es a partir de los cuatro años.
Mientras la familia Arias y una veintena de personas más esquiaba en la plancha de hielo montada sobre una estructura cuadricular, algunas personas que iban rumbo a la estación del Metro Insurgentes volteaban a ver cómo estaba el ambiente en la pista, otros tomaron fotografías, y unos más indecisos, se acercaron a las vallas de contención, cerca a la taquilla, a preguntar, cuánto costaba ingresar, o qué se tenía que hacer para patinar; sin embargo no se llenó.
Fue el viernes 15 de diciembre que comenzó a operar. Con poca afluencia de capitalinos, este atractivo local abrió el acceso a partir de las 09:30 horas del día de ayer; el horario para patinar se mantuvo hasta las 22:00 horas.
Algunas delegaciones, como la Benito Juárez y Venustiano Carranza, también han montado pistas para el esparcimiento social.