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A treinta días del sismo, damnificados de la delegación Cuauhtémoc viven una doble injusticia y no precisamente por la presencia de un fenómeno natural sino por la ayuda que supuestamente les prometieron las autoridades y todavía no llega a sus manos.
Erik Alberto Ramírez Vázquez, de Tlatelolco, agradece a Dios por no formar parte de la lista de las 228 personas que fallecieron justo hace un mes cuando un sismo magnitud 7.1 marcó y transformó su modo de vivir en la delegación Cuauhtémoc.
“Muchos se han enfocado a los damnificados que se quedaron sin su techo y también estamos los que teniendo una casa vivimos a la deriva pues nuestros edificios se están cayendo a pedazos y nadie dice nada”, dice Alberto.
Le invade la tristeza y el enojo. Él al igual que un sin número de afectados —porque tampoco hay una cifra oficial de familias afectadas— no tienen otra opción que seguir esperando ayuda.
Una cartulina verde que sólo dice “habitable” y no un dictamen oficial de un Director Responsable de Obra (DRO), preocupa a condóminos del edificio Chamizal, en la colonia Nonoalco Tlatelolco.
Vecinos de esta torre, de 22 pisos en donde habitan cerca de 410 personas, informaron que desde el 7 de septiembre, cuando se registró el primer sismo de magnitud 8.2, se solicitó a la delegación Cuauhtémoc la realización de este dictamen, el cual a un mes con 17 días no se ha efectuado.
Ramírez Vázquez, habitante de este edificio, muestra la carta que fue enviada a la Dirección de Obras de la Cuauhtémoc, el pasado 12 de septiembre, en la que se solicita la supervisión, evaluación y se dictamine en qué condiciones está el edificio Chamizal que se ubica en Eje Central 491.
“Lo único que pedimos es que vengan a checar el edificio, sabemos que casos como este hay muchos pero es necesario que tengamos tranquilidad”.
La torre con 84 departamentos presenta severas grietas y desprendimiento de paredes, lo que mantiene a vecinos en la zozobra de no saber si donde duermen, es seguro.
