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Los zoológicos de la Ciudad de México reportaron 34 fugas de animales, principalmente de aves, del año 2013 a la fecha.
Entre las fugas destacan las de un mapache, una tortuga, un cacomixtle (de la familia de los mapaches), un zorrillo moteado y un sapo vientre de fuego. En los 34 casos, ningún ejemplar fue recuperado.
De acuerdo con información de la Sedena obtenida por transparencia, del total de animales que se fugaron en la presente administración, cuatro tipos están en situación vulnerable o peligro de extinción: loro cabeza roja, guacamaya verde, zorrillo moteado y colorín sietecolores.
Los datos refieren que el Zoológico de Chapultepec es de donde se reportan más fugas, las cuales suman 18; seguido del de Aragón, con 11, y de Los Coyotes, con cinco.
Se solicitó una entrevista a la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre, adscrita a la Secretaría de Medio Ambiente local (Sedema), para hablar sobre el tema; sin embargo, por cuestiones de agenda, no se recibió contestación.
De aves y Salinas de Gortari. La ex directora del Zoológico de Chapultepec, Marielena Hoyo, quien estuvo al frente del lugar por 15 años, dijo que es preocupante la fuga de animales, sobre todo de las que están en peligro de desaparecer.
“Una guacamaya verde no pasa desapercibida. Eso sí me parece una irresponsabilidad. Si la tenían libre, sin jaula, debieron haber tomado providencias, y si se les escapó, era de rigor seguirla, no puedes dejarla libre porque no es un animal que pueda vivir en la Ciudad, no es una especie nativa de aquí”, lamenta.
La información de Medio Ambiente refiere que una guacamaya verde se fugó el año pasado del Zoológico de Chapultepec. Y una guacamaya noble, de la familia de los loros, también se fugó en 2015.
La activista recordó que al inicio de su administración en el zoo, una guacamaya se escapó de su jaula y fue a dar a una puerta de Los Pinos cuando Carlos Salinas de Gortari era presidente, quién además, dijo, se enteró del suceso.
Con el apoyo de una red similar a la que se utiliza para cazar mariposas, se pudo recuperar al ave.
Recordó el caso de un bebé hipopótamo de nombre “Rosita” que, aparentemente, se había salido de su jaula. Los trabajadores tuvieron que vaciar agua del estanque, y uno de ellos se sumergió y halló el animal durmiendo en el fondo.
“Obviamente hay muchas causas por las que se escapan los animales: O están escondidos o se fugaron por un error humano, o ingresó un depredador a las jaulas que devoró al ave y la metió en su madriguera, o en el peor de los casos, se puede presumir que fueron robados”.
Para mayor seguridad, dijo, las jaulas específicas para aves deben contar con doble reja o puerta giratoria que implique un reforzamiento de seguridad para evitar fugas.
“Tú tienes gente para cada especie, para cada grupo de animales, y es obligación del trabajador [porque también está ocho horas diarias], de conocer perfectamente a los animales, incluso a dónde se acostumbran a parar. Deben revisar a diario la jaula para identificar cualquier anomalía”, explicó la activista.
El pasado 10 de abril, autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) atraparon a un mono capuchino en Paseo de la Reforma.
Hasta el momento, se desconoce su origen, pues las autoridades capitalinas descartan que el animal haya salido del Zoológico de Chapultepec, que es el recinto con animales más cercano a la zona.
Las autoridades federales depositaron temporalmente al mono capuchino en dicho zoo, y actualmente permanece en cuarentena.