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Pedro Ramírez Pérez "El Jamón", empezó su carrera criminal como “mandadero” de Roberto Moyado Esparza "El Betito", crecieron juntos en las inmediaciones de Tepito, donde se dedicaron a la venta de “fayuca”, luego robaron autopartes hasta convertirse en narcotraficantes; ambos terminaron presos.
Información de las autoridades federal revelan que "El Jamón" era el encargado de extorsiones, cobro de piso y de recopilar las ganancias de la venta de drogas en las alcaldías de Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Azcapotzalco, Iztacalco y Gustavo A. Madero, mientras que en Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, el encargado era "El Osmar", también en prisión.
Pedro Ramírez Pérez, logró ganarse la confianza de "El Betito" luego de presentarle a varios santeros.
Se definía como adorador de la Santa Muerte e incluso, según registros en la procuraduría local, hacía sacrificios de animales para que a la Unión Tepito “le fuera bien”.
Con la caída de "El Betito", "El Jamón" fue el encargado de recolectar las ganancias ilícitas y depositarlas en las cuentas de la estructura criminal.
Se sabe también que sostenía una relación cercana con algunos de los abogados que llevan la defensa de su jefe, aparentemente a través de ellos recibía indicaciones de cómo y cuándo operar.