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El robo de autopartes es uno de los delitos más lucrativos en la capital del país, estimaciones del área de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México detallan que mensualmente cada delincuente que hurta calaveras, espejos retrovisores, insignias de autos y llantas, entre otras piezas, obtienen ganancias de entre 30 mil y 50 mil pesos.
Sin embargo, la cifra de personas que siguen un proceso penal por este delito es mínima, apenas 1% del total de los detenidos en flagrancia llegan a prisión, aunque imputados por otras causas, ya sea que cuentan con antecedentes penales, incluso por portación de drogas, pero no por el hecho de sustraer piezas de algún vehículo.
La razón del bajo número de procesados se debe a que una vez que los capturan regresan la pieza robada al propietario y no hay delito que perseguir, recibiendo así un benefició de la Reforma Penal, pues el robo de autopartes no se considera un delito grave.
Las víctimas sólo denuncian cuando el seguro puede hacerse cargo de los gastos, lo que significa que la afectación debe ser superior a los 20 mil pesos; aún así, durante el primer semestre de este año la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México registró 5 mil 683 denuncias por este delito, 2 mil casos más que en 2017, cuando en el mismo periodo se recogieron 3 mil 793 denuncias.
Este negocio es fomentado porque existe un mercado negro muy grande, en el que sin problemas las piezas robadas se pueden vender a distribuidores ilegales a un cuarto del precio de agencia y frecuentemente las propias víctimas terminan comprando en esos lugares a mitad del precio original lo que les hurtaron; esto genera un círculo vicioso que las autoridades no han podido frenar.
Las detenciones y denuncias de las víctimas del robo de autopartes se concentran en delegaciones como Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, en horarios que van de las 23:00 a las 06:00 horas; es decir, mientras los propietarios duermen y dejan sus autos afuera de sus domicilios.
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Zona de incidencia
De acuerdo con investigaciones de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, se logró identificar a cuatro familias que tienen el monopolio de la venta de las autopartes robadas en la capital del país.
Las familias, a decir del seguimiento que han realizado las autoridades sobre este delito en más de 10 años, han amasado fortunas con este negocio ilícito, a grado tal que actualmente cuentan con negocios perfectamente establecidos que son rastreados por el departamento de Inteligencia Financiera de la PGJ.
Estas familias —de quienes se reservan sus datos para no entorpecer la investigación— tienen sus emporios en las delegaciones Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc e Iztapalapa, donde cada una tiene al menos tres deshuesaderos de autos y media docena de tiendas de autopartes, vulcanizadoras o negocios dedicados a la estética automotriz.
En esos locales venden desde motores y transmisiones de modelos recientes, lo que a decir de las investigaciones ha incrementado y fomentado el robo de automóviles bajo pedido, los que son comprados por estas personas en un precio máximo de 80 mil pesos por unidad, si son de marcas exclusivas y de modelos 2017 o 2018.
A ese precio los comerciantes de autopartes robadas triplican sus ganancias, pues toda la unidad es desmantelada y revendida: las cuatro llantas las ofertan en 10 mil pesos; el motor, en 15 o 20 mil pesos, dependiendo su condición mecánica, y la transmisión en 15 mil pesos, mientras que para el resto de accesorios y piezas ellos ponen el precio.
Estas autopartes son rematadas en puntos ya conocidos por las autoridades, en un tianguis que se instala los domingos en la colonia Doctores, en los locales de la calle Doctor Vértiz, así como en los que están ubicados en la Buenos Aires y en la zona limítrofe de las delegaciones Gustavo A. Madero e Iztapalapa con el Estado de México.
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Repunta delito sin detenidos
Las denuncias en la PGJ por este delito mostraron un repunte de casi 50% durante el primer semestre del año. Las cifras muestran que mientras en julio de 2017 se iniciaron 3 mil 793 carpetas de investigación, en el mismo periodo de 2018 suman 5 mil 683 incidentes.
Las estadísticas que se pueden consultar en la página de la procuraduría dan cuenta de que, por ejemplo, el mes que más denuncias registró por robo de autopartes en 2017 fue marzo, con 585; mientras que en julio de 2018 se abrieron 935 carpetas de investigación.
De este universo de carpetas de investigación, la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México logró detener, durante el primer semestre de 2018, a un total de 275 personas imputadas por el delito de robo de apartes, pero de esta última cifra apenas 10 siguen un proceso penal por su participación de manera reincidente en el robo de autopartes.
El resto fueron puestos en libertad al devolver lo robado y otros se comprometieron a firmar cada mes su libertad condicional; pero a decir de las autoridades de la secretaría, a pesar de esa condicionante las personas continúan en el “negocio”, pues saben que es fácil evadir la acción de la justicia, incluso sólo cambiándose el nombre.
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