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“Desde que desapareció Marco, he vivido un infierno”, así describe Edith Flores el calvario que ha sido para su familia la desaparición y posterior recuperación de su hijo Marco Antonio Sánchez quien, a estas alturas, continúa en estado de delirio.
Ayer, junto con padres, hermanos y familiares de estudiantes universitarios desaparecidos o asesinados, se manifestó Edith Flores para exigir la resolución del caso de Marco y al gobierno de la Ciudad de México que deje de desacreditar y revictimizar al joven.
Mencionó que el día que apareció en el Estado de México y lo trasladaron al hospital para darle atención médica, especialistas intentaron practicarle el Protocolo de Estambul para ver si había sido víctima de tortura, pero las autoridades de la Ciudad de México evitaron que se realizara la prueba.
“Mi hijo fue sometido, lastimado, golpeado y no sé qué tanto más le hicieron al grado de que presenta delirio. El día que lo presentaron, había médicos que le estaban haciendo el protocolo de Estambul y los sacaron, los corrieron, ¿A qué le tienen miedo?”, señaló.
“Ahora resulta que la Fiscalía da una información y luego da otra, presenta videos que a mí no me ha enseñado, dice información que nunca me dijo. Yo les pedí que no revictimizaran más a mi hijo, pero ellos mismos violan sus leyes”, agregó.
Los familiares de cuando menos 11 jóvenes que han sido asesinados o desaparecidos desde 2004, se manifestaron en la explanada de la rectoría de la UNAM para exigir a las autoridades federales, de la Ciudad de México, y el Estado de México que realicen las investigaciones y esclarezcan sus casos.
A la Universidad le piden que se pronuncie por la defensa de sus estudiantes, que colabore con las investigaciones y escuche a los padres que han pedido el auxilio de las administraciones de José Narro Robles y Enrique Graue Wiechers, sin que los reciban o los apoyen.
Durante todo el transcurso del mitin, cuando padres de familia contaban las historias de sus hijos, las autoridades universitarias apagaron las luces que rodean la explanada de la rectoría, de manera que el mitin se llevó sólo alumbrado por las luces de las cámaras de televisión y los celulares de los participantes.