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Elementos de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina detuvieron el pasado viernes al presunto asesino de la profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Graciela Cifuentes y de su hija, Sol Cifuentes, estudiante de arquitectura de la misma institución.
El imputado era la pareja sentimental de la joven y, según los primeros peritajes, mató a ambas mujeres cuando Sol intentó terminar la relación que tenía con él. Para borrar toda evidencia, incendió el domicilio junto con los cuerpos.
Graciela Cifuentes y su hija fueron encontradas calcinadas dentro de su vivienda en la colonia Santa Rosa Xochiac, delegación Álvaro Obregón, en marzo pasado. El sospechoso, Alan “N” de 25 años de edad, intentó engañar a las autoridades “revolviendo” todo para que se pensara que el móvil de los homicidios fue el robo.
Sin embargo, el trabajo de los agentes investigadores de la procuraduría capitalina, junto con la Policía Cibernética, lograron establecer que el día de los hechos, Alan “N” estuvo en la casa por espacio de dos horas, es decir, antes y después del homicidio, así lo reveló el GPS de su celular.
En sus primeras declaraciones, asentadas en la carpeta de investigación FAO/AO-3/UI-3/C/D/1311/03-2017, Alan “N” declaró a las autoridades que fue pareja de Sol Cifuentes poco más de dos meses, pero de repente la joven empezó a cambiar su actitud y lo humillaba.
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Por ello la visitó para pedirle una explicación de su comportamiento, según declaró, y fue recibido por la joven, quien lo corrió y al sentirse “humillado”, la agredió en varias ocasiones hasta matarla, para después hacer lo mismo con su madre.
Se llevó un vehículo Yaris blanco que estaba a nombre de Graciela Cifuentes y que encontraron el 15 de abril en la colonia Volcanes, delegación Tlalpan.
Fue captado por cámaras de vigilancia de un domicilio, lo que facilitó su identificación. Se escondió unos días en casa de unos familiares y luego pidió refugio a un amigo en Querétaro, y hace 15 días regresó a la Ciudad y agentes lo ubicaron en Azcapotzalco.
No puso resistencia al momento de su detención y tenía en su poder varias dosis de cocaína y marihuana. Fue internado en el Reclusorio Oriente y el Ministerio Público espera los resultados de una prueba de ADN para determinar si agredió sexualmente a su ex pareja el día de los hechos. De comprobarse su responsabilidad en el doble feminicidio podría permanecer hasta 120 años en prisión.