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Martín Ángel, de 28 años, perdió un día de trabajo y con ello los 250 pesos que le pagan en una tienda como vendedor. Él, como cualquier día de la semana, esperaba que al arribar a las 08:10 horas al Metro de la Línea 8 pudiera tomar el vagón en dirección a Garibaldi y llegar a su empleo a las 08:45, su hora de entrada.
Este martes, sin embargo, cuando se acercó a la estación Constitución de 1917 vio ríos de gente en los puentes, pues intentaban salir de las instalaciones para buscar otro medio de transporte. Mientras tanto, el tránsito en la vialidad se alentó, los camiones no podían subir a tanta gente y en los altavoces del Metro se anunciaba que no había servicio.
“Había un tren que estaba a la mitad y otro que iba lleno, pero no avanzaba ni tenía luz”. El joven vio al menos a cinco empleados del Metro realizar trabajos en las vías, pero nadie se encargaba de poner orden a la situación en andenes y pasillos.
Martin le llamó a su jefe y éste le dijo que mejor ya no se presentara por el retraso en su hora de llegada. De regreso a su casa, una hora después aproximadamente, el servicio ya se había restablecido; aunque, asegura, aún se encontraba más gente de lo normal en la estación.
La tarde de ayer Jorge Gaviño, director del Sistema de Transporte Colectivo Metro, explicó que el retraso fue de 20 minutos, porque unos sujetos habían intentado, alrededor de las tres de la madrugada, robar el cable de cobre de la estación.
Al percatarse de que los tornillos de las vías estaban sueltos por este intento de robo, los trabajadores tuvieron que cortar la energía que alimenta el avance y apretar los tornillos. Gaviño mencionó que los responsables sólo se llevaron dos varillas de cobre, pero su delito afectó a 10 mil usuarios que día a día se transportan en esa estación.