De 2018 a lo que va de 2023, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) ha registrado en 14 alcaldías de la Ciudad de México un total de 126 movimientos telúricos de hasta 4 grados de magnitud.
Los días 7 y 8 de febrero de 2023, el SSN de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportó tres sismos con epicentro en la Cuenca de México: el primero se registró en Coyoacán, con una magnitud de 1.5; el segundo, de 0.7 grados, ocurrió en Magdalena Contreras, y el tercero, el 8 de febrero con magnitud 1.2, en Álvaro Obregón.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, Raúl Valenzuela Wong, afirmó que no es extraño que se produzcan estos sismos pequeños, aunque la diferencia es que algunas ocasiones se perciben y otras no debido a la intensidad y lugar donde ocurren, y sobre todo, porque “existen fallas activas en la capital”.
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“Hay que recordar que la Ciudad de México está construida dentro del Eje Volcánico Transversal, que es una región de mucha montaña, nosotros le llamamos de topografía elevada, y eso de algún modo influye en que se acumula lo que denominamos deformaciones que van a producir esta actividad sísmica.
“Esto no es exclusivo de la capital del país. Si nosotros revisamos todo el Eje Volcánico: Jalisco, Michoacán, Hidalgo, Estado de México, Querétaro, Veracruz, vamos a encontrar que se produce esta actividad sísmica”, explicó el investigador.
Raúl Valenzuela Wong indicó que la magnitud de un sismo depende de las dimensiones de la falla y el desplazamiento que se dé. “Cuando hablamos de microsismos nos referimos a que son fallas pequeñas, con desplazamientos pequeños. Son relativamente fenómenos comunes y frecuentes”, indicó.
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De los 126 microsismos, la mayoría, es decir 38, se han registrado en la alcaldía Álvaro Obregón; le sigue Miguel Hidalgo, con 17; Cuajimalpa, 14; Iztapalapa, 12, y Coyoacán, con 11.
El especialista de la UNAM indicó que “si nosotros estamos cumpliendo con el reglamento de construcción para sismos grandes, estaremos protegidos contra estas características que ocurren al interior de la capital”.
Señaló que puede darse el caso de que aparezcan grietas o algún desnivel en casas, producto de estos movimientos.
Hace dos días, la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, recordó que hace dos años se registró una serie de microsismos principalmente en Álvaro Obregón, por lo que fue creado un grupo de expertos con la Red Ecos de la Secretaría de Educación local, el cual determinó que no había un alertamiento particular, sino que son “reacomodos” y no suena la alerta sísmica porque son de baja magnitud.
Dicho grupo interinstitucional se reunió este jueves para analizar las causas de los microsismos ocurridos el 7 y 8 de febrero. Se determinó que en el Valle de México ocurren temblores de magnitudes muy pequeñas que generan aceleraciones de bajo nivel y pueden ser percibidos en la zona próxima al epicentro.
Raúl Valenzuela Wong detalló que los sismos se producen por fallas registradas en la Tierra, que en ocasiones pueden observarse, como la conocida falla de San Andrés. Sin embargo, hay otras donde se suscitan a 10 kilómetros o hasta 600 kilómetros de profundidad.
Señaló que cuando se produce un movimiento se generan ondas sísmicas, con un punto de origen conocido como epicentro y “estas ondas pueden viajar grandes distancias”, concluyó.
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