“Bajo a la toma directa todas las mañanas a oler el agua”, comentó Georgina Rivapalacios, habitante de un departamento en la calle Miguel Ángel número 96, en la colonia Santa María Nonoalco, quien aseguró que nunca se imaginó tener que verificar todos los días si el líquido huele.
A un mes de que vecinos de la alcaldía Benito Juárez denunciaran un intenso olor a combustible en el agua de sus hogares y que las autoridades capitalinas determinaron que había una especie de aceites y lubricantes, pero que el líquido está dentro de parámetros normales, Rivapalacios ha comenzado a llevar una vida normal, pero con precauciones.
Dijo que debido a la crisis del agua, se quedó con la angustia de revisar el líquido. “Es algo que nunca te imaginaste que ibas a hacer”.
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Recordó que el pasado 21 de abril un laboratorio móvil del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) acudió al inmueble para realizar muestras e informar los resultados de que estaba en parámetro normal, lo que generó confianza y se llegó a un consenso entre vecinos para abrir la llave, tras más de tres semanas cerrada.
“La mayoría de la gente ya nos bañamos, nos lavamos los dientes y utilizamos el agua del grifo con confianza, aunque hay vecinos que prefirieron esperar de una a dos semanas”, relató.
Sin embargo, agregó que el Sacmex continúa con la negativa de entregar resultados formales.
“Lo único que nos queda pendiente es la publicación de resultados, siguen con la negativa de no entregarlos o aunque sea publicarlos en su página”, mencionó la señora Rivapalacios.
Añadió que plantillas del Sacmex les dijeron que acudirán semanalmente durante dos meses más a tomar muestras e informar resultados, con el fin de monitorear cómo llega el agua.
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Para Georgina Rivapalacios, quien también es administradora del condominio, no ha sido fácil esta crisis, pues ha tenido mucho trabajo y estrés.
“He tenido que recibir pipas en las madrugadas, fueron semanas muy fuertes, al grado de que me quemé física y mentalmente”.
También los vecinos tuvieron que cooperar para contratar un equipo que limpiara las cisternas, pues si bien pidieron el apoyo al Gobierno capitalino, no les dieron fecha para realizar el trabajo.
Rivapalacios realizó el primer reporte de olor a combustible en su hogar el pasado 31 de marzo, y casi un mes después pudo regresar a la normalidad, aunque con precaución.