Tlalneplantla, Méx.— “Vivíamos en la casa roja”, donde piedras de 200 toneladas derrumbaron viviendas, ventanas y muros, señaló Blanca Patricia, quien, con su familia, el 10 de septiembre logró salir con vida al quedar atrapada junto a un lavadero, pero perdió lo que fue su hogar por más de cuatro décadas, “nos quedamos sin nada, con vida, pero sólo con lo que traíamos puesto”.

Han pasado casi dos meses y “sentimos que las autoridades se olvidaron de nosotros”, las más de 200 familias damnificadas y que vivían en alto riesgo por el derrumbe del cerro del Chiquihuite, especialmente las que habitaban en once casas que quedaron destruidas o fueron demolidas.

“Autoridades de Protección Civil, encabezadas por Laura Velázquez, llegaron el 11 de octubre a la zona cero del Chiquihuite y se comprometieron a regresar en 15 días a presentarnos un plan de reubicación en El Copal, pero no han regresado en casi un mes”.

El alcalde Raciel Pérez Cruz informó que ofrecieron al gobierno federal tres predios de cerca de 5 mil metros cuadrados, en la misma zona oriente de Tlalnepantla, para llevar a cabo una reubicación.

“Cuando cayó la piedra, una de casi 200 toneladas, se escuchó un estruendo que me obligó a arrinconarme en una esquina de mi zotehuela, quedé aturdida y bañada de tierra sin saber qué había pasado”, relató Blanca Patricia.

La casa roja fue punto de referencia durante los trabajos de rescate, estabilización y demolición del Chiquihuite. Ahí vivía la familia Zaragoza, en los cinco pisos que su padre construyó en un predio de 250 metros cuadrados.

Cuatro vecinos de Paty murieron atrapados entre las rocas del deslave: Paola Daniela y sus dos pequeños hijos, Mía Mayrin y Jorge Dilan, de tres y cinco años, así como Mariana, una joven estudiante de la Facultad de Filosofía de la UNAM, mientras que su hermana Jessica fue rescatada con vida.

“Mi marido me rescató, salió por una ventana y brincamos azoteas para salir con lo que traíamos puesto, espantados porque aún no sabíamos qué había sucedido y queríamos encontrar a mi madre y a mis hermanos, en ese momento mis hijos estaban en la escuela”, contó Blanca.

Para rescatar documentos, como el predial, certificados escolares y actas de nacimiento, “mi hermano se metió a escondidas, sólo a sacar nuestros archivos, pero nos quedamos sin ropa, sin comida, sin muebles y sin auto”, indicó.

El ayuntamiento de Tlalnepantla anunció que otorgaría 5 mil pesos por tres meses a las familias damnificadas del Chiquihuite, pero “sólo hemos recibido lo de octubre”.

Este 8 de noviembre, el cabildo también autorizó otorgar 25 mil pesos a los habitantes de 10 casas demolidas, porque la onceava era una capilla.

“Pero más que esos apoyos, nos interesa que no se olviden de que estamos en la calle, que queremos recuperar nuestro patrimonio, que esperamos ser reubicados. La coordinadora de Protección Civil vino y ofreció regresar en 15 días y ya casi pasó un mes”, señaló Blanca Patricia.

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