Naucalpan, Méx.— Con fichas numeradas en mano, cubanos y venezolanos reclamaron su turno junto a haitianos que se rehusaron a formarse en la misma fila frente a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), quienes el 28 de enero, tras la llegada de a la presidencia de Estados Unidos, cumplieron ocho días de ir de forma masiva a la sede en Naucalpan para solicitar asilo y quedarse en México.

“La verdad, salimos de Haití pensando en llegar a Estados Unidos, pero ante el cierre de las fronteras ahora queremos quedarnos en México”, afirmó Delzor Obedson, un joven de 25 años que llegó a la de Naucalpan junto a sus dos amigos de 21 y 22 años, quienes no quieren regresar a su país por “la inseguridad, donde no puedes ni dormir en tu casa”.

“Nos queremos quedar en México”, repitieron con optimismo familias de cubanos al entrar a la oficina de la Comar.

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“Allá [en Cuba] no tenemos libertades, ni de elegir lo que queremos comer”, relataron Pavel, quien en la isla reparaba bicicletas, e Idael, quien era agricultor.

Lo mismo señalaron venezolanos y hondureños que se niegan a regresar a sus países de origen: “Queremos vivir en México”.

Con el documento de refugiados por el que acuden a la Comar “ya podremos trabajar aquí en México y obtener dinero para pagar las deudas que dejamos para llegar hasta aquí”, que en algunos casos superan los 5 mil dólares en vuelos, a personas que las trajeron a México, hospedaje y comidas, comentaron cubanos.

Al mostrar un boleto con una estrella impresa, Idael afirmó: “Ya estoy en la lista y tengo el número 135, por eso hoy llegué a las 7 de la mañana, pero antenoche dormimos aquí”.

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Otros como Dominic pasaron la noche en la calle de Los Remedios, frente a la Comar, porque no tienen dinero para pagar un Uber; algunos alquilan camionetas de turismo por 2 mil 500 pesos por 14 personas, que los trasladan desde municipios como Tecámac y Nezahualcóyotl, del sur de la Ciudad de México y de Tláhuac y Magdalena Contreras.

“Hay un atraso porque la semana pasada había poco personal en la Comar. Hoy esperamos que por lo menos atiendan 300, porque somos miles los que buscamos ser atendidos”, afirmó Douglas, uno de los venezolanos que organiza la fila.

Por día se anotan mil 300 personas en la lista que inició hace ocho días, “por eso quien se apunta hoy estaría esperando ser atendido a finales de febrero”, indicaron.

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